Existe un consenso sobre la necesidad de ir equiparando el precio a su coste real de producción. El desajuste se debe a que los consumidores pagan menos de lo que cuesta. El recibo de la luz subirá en julio como consecuencia de la propuesta del departamento que dirige Miguel Sebastián a la CNE de encarecer las tarifas eléctricas de acceso a la luz en un 10 por ciento para los hogares pequeños y en un 5 por ciento para la mediana industria a partir del día 1 del mes citado.
Este encarecimiento se debe a que el Gobierno central y las eléctricas han asumido que la luz tiene que ir subiendo de manera progresiva para llegar al coste real.
Esta tarifa regulada representa los costes que los consumidores finales tienen que afrontar para cubrir los gastos de distribución de la electricidad o el déficit tarifario, entre otros.
Además, otra parte de la factura la determinan las empresas en función del coste de la energía, que se fija en una subasta semestral. La mayor parte de los hogares españoles están acogidos a un precio regulado por el Gobierno.
Con esta política, el Gobierno ha querido ir ajustando el recibo al coste real de la electricidad para frenar lo que se conoce como déficit tarifario. Sin embargo, el resultado no ha sido éste, sino que además se ha ido engordando ese déficit por las altas primas a las renovables y las ayudas al carbón.
Estas nuevas tarifas no serán desveladas hasta finales de este mes, y entrarán en vigor el 1 de julio.
Los planes del Ejecutivo para encarecer la luz han sido muy criticados tanto por la oposición como por las grandes asociaciones de consumidores, ya que casi 26 millones de hogares se verían afectados por este encarecimiento. Además, otro millón y medio de empresas sufrirán la posible subida.
Reducir el déficit
Se espera que el impacto en las familias y en la mediana empresa sea sensible, pero existe un consenso entre los expertos y el Gobierno sobre la necesidad de ir equiparando el precio de la luz a su coste real de producción. Sólo de esta manera se podrá reducir el déficit de tarifa que acumula el sistema, consecuencia de haber estado varios años sin subir el precio de la electricidad y que el Gobierno se ha comprometido a recortar.
El déficit de tarifa es la diferencia entre lo que ingresan las compañías eléctricas y lo que realmente les cuesta generar electricidad. Este desajuste se debe a que los consumidores pagan menos de lo que realmente cuesta la luz.