El millonario “fracaso” de recuperación del Parque de Santa Catalina abría el pleno de control al Gobierno en una interpelación del grupo socialista que acusaba al Ejecutivo de incurrir en “múltiples irresponsabilidades” y de “despilfarrar el dinero” en una zona que casi diez años más tarde es un “desierto”. El consejero de Medio Ambiente, Fernando Ramos, zanjaba el asunto justificando la inversión en nueve millones de euros y no considera que deba exigir mayor explicación a las empresas adjudicatarias “porque han cumplido exhaustivamente con el proyecto previsto”. Asimismo la ausencia de despilfarro y justificaba la elevada inversión en un “necesario mantenimiento periódico” en la zona. “Si hablamos de derroche su partido se gastó 140 millones en una prisión que está al 25%, eso es un derroche”, le espetaba.
El consejero explicó que las inversiones se dividieron en dos fases, una primera orientada en eliminar y sellar el vertedero, y que tuvo un coste de 7,8 millones de euros, mientras que la segunda supuso un gasto de 958.000 euros para la reforestación vegetal y de 263.400 euros para la mejora elementos seguridad, accesos y alumbrado. Un gasto que gasto que, en opinión de Ramos, ha permitido convertir “un montón de mierda” en un “parque con todas las de la ley del que disfrutan todos los ceutíes”.
El secretario general socialista preguntaba por qué un parque que se publicitó como la “mayor zona verde” de la ciudad se ha convertido “en un erial en el que no crece ni la mala hierba”. Detallaba que el informe que solicitó el gobierno a Tragsa concluyó que el factor principal de ese fiasco procedía del sellado del antiguo vertedero en el que se puso poca tierra y era de mala calidad. Ramos reconocía que “no ha tenido el éxito que hubiéramos querido” y lo justificaba en una falta de previsión que achacaba a “la mala tierra y las inclemencias meteorológicas”.
Hernández reiteraba la ausencia de responsabilidades y se jactaba de que “no puede ser culpa de la mala tierra y lo que el viento se llevó”. El socialista recuperaba el informe emitido por Tragsatec que hacía constar que en la zona “se puso poca hierba y de mala calidad”, así como el emitido por el Tribunal de Cuentas sobre los vicios en la contratación y ejecución de las obras para adjudicar la segunda fase. “No aparecían justificaciones para la inversión efectuada y no se expedientó a la adjudicataria por los incumplimientos”, argüía Hernández. Cuestión sobre la que Ramos le hacía saber que “el Tribunal de Cuentas está para realizar advertencias, y no me consta que haya habido sanción”.
¿Por qué una noticia acerca del estado del parque de Santa Catalina utiliza una única fotografía enfocando la carretera de acceso en lugar de una del parque?