Los máximos responsables de la política en la Asamblea autonómica esceneficiaron ayer la unidad de las formaciones ante lo que ha sido una agresión verbal desde el exterior como la insistencia del primer ministro marroquí en la reivindicación de las ciudades de Ceuta y Melilla. Es cierto que nunca se había producido una respuesta de este calibre ante una situación como la que se ha vivido durante estos días, pero se encuentra el sentido ante lo que refleja de unidad de acción por encima de ideas políticas, razas o credos religiosos. Los políticos ceutíes han sabido aparcar por unos momentos sus diferencias políticas y estar como una piña para defender la españolidad de nuestra ciudad, lo cual, por supuesto, supone una inyección de tranquilidad y seguridad hacia los ceutíes que hoy miran con satisfacción y orgullo como se ha respondido. Al igual que también se debe felicitar al Gobierno de la Nación por la rápida respuesta que ha tenido tanto en la personas de la vicepresidenta primera como del ministro de Asuntos Exteriores.