El choque dialéctico abierto entre el portavoz accidental de Caballas, Juan Luis Aróstegui, y el presidente de la Ciudad, Juan Vivas, impidió al consejero de Educación y Cultura, Javier Celaya, responder esta semana en el Pleno a la interpelación que había presentado el primero sobre la gestión realizada de los hallazgos arqueológicos localizados en Jáudenes y otras excavaciones realizadas en espacios afectados por el proyecto de reforma de la Gran Vía y aledaños, en cuyas aristas políticas quedó el debate entre el localista y el líder del PP.
Celaya había recopilado, para fundamentar su contestación a la coalición, informes del arqueólogo municipal, Fernando Villada, y los responsables de las excavaciones de Jáudenes, José Manuel Pérez Rivera y Silvia Nogueras, sobre la cuestión.
“Los trabajos arqueológicos llevados a cabo han confirmado la potencialidad de este sector y la necesidad de su ejecución”, concluye el primero sobre unos restos arqueológicos que, destaca, “son una realidad porque se ha realizado un trabajo preventivo, no fruto del azar sino porque hay medidas que se han implementado para proteger el subsuelo arqueológico”.
“Vuelve a plantearse una vez más el tema de qué conservar y qué no: las obras de Jáudenes que provocan la apertura de la zanja están destinadas a la sustitución de las tuberías de saneamiento y abastecimiento de agua potable, entre otras, que parecen servicios básicos esenciales a los que los ciudadanos tienen derecho”.
“También tenemos derecho”, contrapone, “a que nuestra historia y nuestro pasado sean estudiados y sus restos más relevantes conservados”. “Justo eso es lo que se ha hecho”, hilvana.
Al margen de Jáudenes, las actuaciones arqueológicas llevadas a cabo hasta ahora en esa parte del centro afectan a la parcela ubicada enfrente del Mercado Central. En la zona sur se han localizado niveles romanos no asociados a estructuras, restos de una vivienda de época medieval y diferentes silos colmatados de materiales de la misma cronología. En la zona central se comenzará a excavar el 11 de marzo, como en la norte, donde únicamente se han llevado a cabo hasta el momento “sondeos con medios mecánicos que han puesto de manifiesto niveles arqueológicos”.
En los vestigios de la cripta del convento trinitario, enfrente de la Asamblea, se han localizado los restos que sí se ha decidido conservar in situ y poner en valor para su observación integrada por parte de la ciudadanía.
Según ha contextualizado Villada, “en principio la actuación consistía básicamente en la ejecución de un pórtico que requería ser cimentado y en la limpieza de los restos visibles pero en su ejecución se localizó un importante número de estructuras de variada cronología (romana, medieval, etcétera) y al limpiar los paramentos del convento, antes casi inapreciables debido a la vegetación y conducciones allí existentes, se comprobó la existencia de un aljibe medieval, varios muros y los restos del propio convento, que se asentaba sobre una estructura anterior desconocida hasta ese momento”.
Ante tal panorama se decidió excavar manualmente el área entre la cimentación del pórtico y la cripta. La secuencia documentada comenzaba en época romana y alcanzaba hasta nuestros días.
De época romana se localizaron suelos, muros, restos de la pileta de una cetaria así como material mueble diverso. A época medieval correspondían tanto el aljibe puesto al descubierto durante la limpieza como otro parcialmente destruido por las obras del aparcamiento. También restos de un pozo y varias estructuras de funcionalidad “difícil de establecer”.
Además, se constató con claridad que la cripta del convento se asentaba sobre una estructura claramente medieval de notable porte. También se avanzó en el conocimiento de la cripta delimitando su planta y principales fases constructivas.
En el Paseo de las Palmeras apareció “cierto material de época medieval y moderna, así como una pequeña estructura, todo ello afectado por las raíces” de un árbol que fue trasladado y en Jáudenes se planteó la realización de doce sondeos.
Los primeros arrojaron resultados “muy dispares”, pues en algunos casos las tuberías y conducciones “habían destruido los restos arqueológicos que allí debieron existir” y en otros se documentaron niveles romanos “rotos por un aljibe medieval, algunas estructuras de esta cronología, etcétera”.
Corazón del centro histórico
Durante el seguimiento de la zanja se documentaron diversos restos entre los que destacó la aparición de varias piletas de salazón correspondientes a una de las factorías ceutíes que llevaron a detener los trabajos y a desviar el recorrido de la conducción “a fin de preservar estos restos así como cubrirlos con material geotextil y tierras a fin de evitar su destrucción”.
Según incidió ayer Celaya, esta es la solución “habitual” para la protección de los restos de un espacio en el que parece constatarse el un parón de la pujanza de Roma (“la gran factoría antonina alcanzó su cenit productivo en el siglo III”, según Pérez Rivera y Nogueras) e incluso “un potente y evidente nivel de destrucción e incendio sobre el suelo” que daría cuenta del paso de los vándalos por la ciudad antes de la llegada de los bizantinos.
“A pesar de las difíciles condiciones de trabajo, de lo restringido del área estudiada y de la premura de tiempo”, han apuntado los responsables de esta intervención arqueológica, “aporta datos novedosos y relevantes para la reconstrucción de la historia de Ceuta y su evolución urbanística”. A su juicio “era previsible que así fuera teniendo en cuenta que nos encontramos en pleno corazón del centro histórico de la ciudad, que empezó a latir a finales del siglo VIII antes de Cristo”.
O sea...que como siempre la historia enterrada, y bien enterrada, se habrán guardado lo más valioso y el resto a taparlo como todo lo que hace el gobierno de la Ciudad...que vienen elecciones...y hay que asfaltar por lo menos una calle...
En resumidas cuentas, las actuaciones van encaminadas a realizar estudios arqueológicos. Nada que ver
con lo que al parecer se iba a hacer. Y el ministerio de cultura que sabe de todo esto?
El Ministerio de Culturs solo se preocupa de mantener las subvenciones al “cine” español, formado por una pléyade de gente sin talento y afines al PSOE, para que luego se exhiban en ese aquelarre de descerebrados que son los premios Goya.
Me ha encantado este recorrido mental por la historia, al que me ha trasladado el artículo.
Ojalá todos esos restos que se encuentran se conserven para el disfrute de todos.