Es una tendencia común pensar que todo nuestro pasado se encuentra escrito y sellado. Sin embargo, a menudo, nuevos hallazgos, ya sean fortuitos o por ciertas sospechas, se inmiscuyen entre esas líneas ya impresas y, en ocasiones, abren un capítulo en esos tiempos pretéritos, iniciando así un nuevo camino para la investigación.
Precisamente este hecho es el que ha acaecido sobre la ya finalizada excavación que el arqueólogo, José Manuel Pérez Rivera, ha desarrollado en la calle Salud Tejero, una zona de alto interés arqueológico situado en una parte de la Almina.
El hallazgo de dos hornos de fundición de cerámica que datan del siglo XIII, así como de una cantidad ingente de piezas de esta naturaleza, corroboran la hipótesis que ya se comenzó a barajar desde su última excavación en la calle Fructuoso Miaja.
“A raíz de los últimos hallazgos comenzamos a sopesar que esta zona de la Almina pudo ser un importante foco alfarero, ahora podemos afirmar de forma categórica que así fue”, explica Pérez Rivera. Hasta los hallazgos de Fructuoso Miaja no había testimonio o referencia alguna que así lo reflejase, ni en planos ni en documentación escrita.
Por ello, este nuevo descubrimiento “aporta una nueva visión” a este sector de la Almina que llega después de una semana de excavaciones y tras realizar cinco sondeos mecánicos. Precisamente esta excavación surge de la necesidad de emitir un informe arqueológico ante la tramitación de una licencia urbanística.
Aunque los hornos hallados se encuentran muy afectados por construcciones posteriores y, por lo tanto, no afectará para que se desarrollen nuevas edificaciones, su importancia va más allá. Estos hornos acaban de reescribir la historia local o, más bien, han vertido luz a una parte desconocida.
“Lo interesante es que da pistas bastante buenas sobre cómo era la ocupación de la Almina”. Ahora se puede afirmar que la parte norte, con una orografía menos escarpada, acogía la zona urbana y, la más alta, por las características del terreno y los recursos naturales que presentaba (potentes núcleos de arcilla y riqueza en recursos acuíferos), estuvo dedicada a la producción alfarera. Sin embargo esta excavación va más allá. Otro hallazgo, una nueva hipótesis.
“En una franja, junto a los hornos, hemos encontrado restos de una calle del siglo XIX y parte de un muro de época bajo medieval que, por tanto, podrían ser restos de una calle medieval”, explica el arqueólogo. Indicios que se traducen en la expansión de la zona urbana de la Almina a esta otra justo en el mismo período en que dichos hornos cesan en su uso.
“Coincide con un período de crecimiento demográfico que se experimentó en el siglo XIII y, por tanto, con la necesidad de ampliar la zona urbanizable de la aquella ciudad que se quedaba pequeña”, argumenta Pérez Rivera. Información toda ella inédita que ahora es necesario analizar en el contexto histórico y que ya se ha hecho con un hueco en este capítulo de la historia local.