Seguimos la senda de la espléndida naturaleza báltica por el istmo de Curlandia entre Kaliningrado y Lituania. Esa lengua de tierra atesora uno de los santuarios de aves más importantes del mundo, su tentáculo de arena separa las saladas y frías aguas del Báltico de las dulce y más templadas lagunas interiores.
El desarrollo de estos tres bellos países bálticos ha sido meteórico. Las tres repúblicas -Lituania, Letonia y Estonia- nada más recuperar su independencia dieron inmediatamente la espalda a su pasado soviético intentando eliminar cualquier referencia a esa cruel y opresora época que les costó muchas vidas.
Demasiadas familias tienen algún miembro que ha pasado por las sanguinarias salas de tortura de la temida KGB o acabó en los inhumanos campos de concentración de Siberia.
Tan solo permanecen los memoriales a los mártires erigidos en muchas ciudades y pueblos. Desde que consiguieron la independencia, hace poco más de 25 años, han apostado por mirar al futuro con esperanza dentro de la Unión Europea, disfrutando su libertad y siendo miembros de pleno derecho de la Unión Europea como lo es España.
El único inconveniente durante el recorrido de estas repúblicas ha sido el mal tiempo característico de esta parte del mundo. Las incesantes tormentas con amenazantes rayos y estrepitosos truenos así como temporales de viento que nos han puesto muy difícil las acampadas en plena naturaleza.
A pesar de ello hemos podido disfrutar de los frondosos bosques de pinos, abedules y robles que cubren a las tres repúblicas, una constante invitación a las caminatas y acampadas inolvidables.
Pero avanzar por las pistas embarradas por las continuas tormentas con nuestro Mitsubishi Montero no ha supuesto ningún obstáculo para nuestro vehículo y completamos todas las exploraciones previstas
. Mientras en Ucrania y Bielorrusia sólo veíamos vastas e inagotables extensiones de cultivos de cereales, legumbres, colza o viñedos aquí los cultivos han dado paso a exuberantes bosques donde los frutos silvestres y las setas llenan en otoño sus pintorescos mercados.
En Lituania y Letonia, entre estos tupidos bosques, brotan espléndidos y numerosos palacetes fortificados pues esta zona del mundo siempre ha sido muy ambicionada a través de los siglos por su posición estratégica frente al mar Báltico con Suecia, Dinamarca, Finlandia y Rusia acechando. Y sin olvidar sus codiciados ricos yacimientos de ámbar desde tiempos inmemoriales.
Por la península estonia de Sorve llegamos hasta el extremo norte del país, donde se une el mar Báltico y el golfo de Riga, en este punto el viento que ruge sin cesar y las ariscas y turbulentas olas se han cobrado la vida de muchos marinos y de inconscientes nadadores que no han sabido respetar este mar inmisericorde.
En Estonia, son numerosos sus parques nacionales pero a nosotros nos sedujo especialmente la isla de Saaremaa a la que llegamos a través de un ferry y una carretera elevada sobre el mar. Los acantilados, faros y bosques que acarician el mar fueron nuestros aliados durante los días que estuvimos recorriéndola, casi en solitario, alejados de las grandes y bulliciosas urbes del continente.
Las capitales de las tres repúblicas Vilna (Lituania), Riga (Letonia) y Tallin (Estonia) son auténticas "postales", joyas arquitectónicas con sus callejuelas empedradas y edificios históricos que nos transportan a otras épocas de la intensa historia de esta hermosa y singular trilogía báltica.
Entre los tres países apenas suman siete millones de habitantes, con una superficie el doble que Andalucía y con una seguridad personal y en carretera que todavía no se ha visto comprometida Ha resultado sugestivo recorrer unos países que atesoran los atractivos necesarios para convertirse en un destino muy seductor.
Pero nos espera la Gran Rusia, donde la delincuencia y la conducción están en el polo opuesto de la serenidad que hemos respirado por las Repúblicas Bálticas.
Nuestro principal objetivo no son las grandes urbes como San Petersburgo y Moscú, nuestras metas son sinónimos de grandes espacios, aventuras y sorpresas como la República de Kalmukia que, enclavada en Europa, su población es mayoritariamente budista, descendientes directos de los mongoles que se establecieron hace muchos siglos. Y más allá... la legendaria y remota Siberia nos está esperando. Toda esta ruta se puede ver en detalle en Facebook en @RutaGengisKhan y en la página web www.ruta-imperios.com