En Ceuta existe la convicción generalizada (prácticamente unánime) de que el acceso al empleo público generado en el Ayuntamiento está reservado para aquellas personas que disfrutan de un trato de favor del poder político y sus aledaños.
No es una leyenda urbana, ni una paranoia colectiva; sino el resultado de una inocultable experiencia escabrosa hasta la náusea. La historia de nuestra política municipal está repleta de memorables episodios de tráfico de influencias en materia de acceso a la función pública. La amplia diversidad de casos y modalidades empleadas para tan nefanda finalidad, podrían constituir una auténtica enciclopedia universal del enchufismo. Quien gobernaba tenía la oportunidad (única) de “arreglar” la vida para siempre a personas muy allegadas. Atractivo difícil de superar para la vanidad innata del ser humano. Además de un (ilusorio) instrumento útil para fortalecer partidos políticos y consolidar (o ampliar) bases electorales.
La escalada era imparable. La grosera impunidad política, social y jurídica de la que gozaban estas prácticas, actuaba como un potente factor multiplicador. El Gobierno del PP de Vivas, durante la primera década y a rebufo de la estela dejada por el GIL (del que fue heredero), llevo este fenómeno hasta sus más altas cotas.
Imbatibles. En aquel tiempo, la contratación de personal en el sector público local se convirtió en una auténtica orgía de corrupción. Todos los mecanismos de control estaban difuminados, devaluaos o eran directamente colaboradores interesados. Quien más quien menos, de un modo u otro, todo el mundo participaba de aquel vendaval. Entre otros motivos porque disfrutaba de un incuestionable aval social.
La ciudadanía era perfectamente consciente de lo que estaba ocurriendo, y a pesar de ello, el PP seguía cosechando apabullantes mayorías absolutas. Las críticas al enchufismo provenían más de la envidia que de la ética. Y la única reacción de los ciudadanos era “buscar” su oportunidad y esperar ansioso “su turno”. No se cuestionaba el sistema como tal, sino el hecho de que “aún” no le hubiera beneficiado.
La presión ante el incesante aumento de la demanda de enchufes, imposible de satisfacer, obligó al Gobierno a buscar fórmulas para “revestir” el fraude. Y así aparecieron diversos procedimientos de acceso restringido con apariencia de legalidad. Uno de los más utilizados, por su efectividad, era la contratación temporal a través del Servicio Público de Empleo. Sencillo y eficaz.
Se establecía el carácter temporal de un puesto de trabajo (con un simple informe preñado de lugares comunes), sabiendo de antemano que la temporalidad en estos casos se mide en décadas. A continuación se preparaba la “oferta genérica” al Servicio de Empleo de aspirantes a una ocupación previamente determinada que sólo conocía el futuro agraciado.
Evidentemente, cuanto más concreta y extravagante resultaba la “ocupación” mayor era la probabilidad de éxito de la operación (si se pedía un “vigilante” en el SEPE había inscritas tres mil personas; pero si se pedía un “vigilante con experiencia en estaciones espaciales” el camino quedaba expedito… solo figuraba el deseado; y si por mano del diablo aún quedaba algún “intruso”, existía un segundo filtro, la “entrevista personal” realizada precisamente por los instigadores del fraude). Así llegamos al caso famoso caso del “engrasador”.
La Ciudad pidió al SEPE un demandante de empleo dado de alta en tan peculiar “ocupación”. No hace falta explicar el bochorno público que tal actuación provocó. Desde entonces ha quedado como un paradigma de la corrupción en el ámbito laboral.
La situación se había tornado insostenible. La crisis transmutó el jolgorio universal e irresponsable, en preocupación, miedo y depresión.
El despliegue del poder judicial en todo el país persiguiendo con más empeño la corrupción; los escandalosos índices de paro y pobreza de Ceuta; un cierto ímpetu de regeneración en la vida política auspiciado por el movimiento 15-M; y el hostigamiento de la oposición; llevaron al Gobierno (y al propio Vivas) al convencimiento de que “hasta aquí hemos llegado”. Desde ese momento, las cosas en la Ciudad cambiaron radicalmente.
El freno impuesto por las sucesivas leyes de presupuestos disminuyó brutalmente en volumen de contrataciones; pero fue sobre todo un proceso de “toma de conciencia” de todos los agentes intervinientes (partidos político sindicatos, funcionarios y medios de comunicación), el que propició el nuevo escenario.
Una Ciudad que expulsa a su juventud por falta de oportunidades, y en la que el único empleo de calidad es el generado por la administración pública, no se podía permitir el lujo de mantener el enchufismo a gran escala como norma.
Desde entonces, me consta el afán (casi unánime) de devolver el acceso al empleo público a la ciudadanía y a los principios constitucionales.
Durante estos últimos años, y gracias al esfuerzo de todos los implicados, los procesos de selección han sido “limpios” (es posible que haya alguna excepción). Todavía no ha transcurrido el tiempo suficiente para borrar del imaginario colectivo la convicción de que el enchufismo impera; pero se avanzaba razonablemente bien en esta dirección. Hasta ahora. La frenética carrera contrarreloj, decretada por Vivas para “recuperar” el electorado perdido pasará una enorme factura a esta Ciudad. Acaso inasumible.
La pulcritud en los procesos de selección de personal ha sido la última víctima. De nuevo en el fango. Ahora contratan a través del Servicio de Empleo “Aparcacoches” (ocupación vinculada a los locales de ocio y espectáculos públicos) para vigilar la explanada de embolsamiento de la frontera. El “engrasador” está de vuelta.
Fíjense que lo he leido hasta en 3 ocasiones y sinceramente, esta nota es digna de que la Fiscalía actúe de oficio y llegue al fondo de la cuestión. NO se puede venir ahora con esto, lleva años al frente de un Sindicato y tiene la desfachatez de soltarnos tan lindo artículo y quedarse tan ancho??
No, no señor, si sabe y por lo que escribe alegremente yo diría que sí, debería hacernos un favor e ir a Denunciarlo donde corresponde realmente, Los Juzgados. Si espera recibir de la ciudadanía su aprobación, debo decirle que se equivoca sobremanera. Lo que hace es provocar más indignación, una cosa es la Ceuta de los rumores y el Vox Pópuli pero otra muy diferente es este "regalazo".
Se ha parado a leer lo que ha escrito?? . Sabe en qué posicion social se encuentra? Personaje público de relevancia a Nivel Político y Sindical.
El Super Ego o super Yo tiene estas consecuencias.
Amén. No se moleste usted, este personaje sincalista se siente intocable, con todos sus santos cojones nos ha escupido en toda la cara que desde hace decadas se lleva produciendo una corrupción descomunal a todos los niveles en temas de recursos humanos, el como sindicalista y político ha sido partícipe y beneficiario y ahora el honrado nos sale con esta joya de publicación. Eres un artista Arostegui.
Que bien escribes hijo!! En pluma de otro sería una defensa a ULTRANZA de los derechos laborales extintos en este pueblo, precisamente por SINDICALISTOS en connivencia con la Patronal para hacer el 1 pa tí y 2 pa mí. Anda ya!! abanderados del Sindicalismo!!
Y después de todo lo que ha dicho , y con lo que al parecer sabe de primera mano, se limita a escribir un artículo.
Sigue sin empatía.
Toda Ceuta sabe que el enchufismo en la asamblea lo inventó un tal J.L.A, el grado de hipocresía reflejado en tus artículos es inigualable, como puedes tener la conciencia tranquila y encima escribiendo sobre ilegalidades convertidas en normas, que tu sigues practicando, es de todos conocido que el partido que más jente enchufo en empresas municipales es Caballas , con el visto bueno de CC.OO, ejmp. Amgevicesa y brigadas verdes,estos días un pobre hombre colgó en las redes un vídeo denunciando las irregularidades en brigadas verdes y precisamente pronunciando tu nombre, en la vida no todo vale,lucrando una persona pierde su Dignidad lo pierde todo, por mucho que se QUIERA remediarlo escribiendo hipócritamente con la única intención de hechar balones fuera, sois (caballas) la MULETA DEL Juan vivas
Tiene usted más razón que un Santo, ahora este "predicador de poca monta" conocido como Arostegui se quiere colocar la etiqueta de honrado, ja ja y ja, es usted con diferencia uno de los sujetos más corrompidos que deambula por nuestras calles y se cree que el resto de los mortales somos paráliticos mentales o nos coloca a la altura de una ameba, siga usted vendiendo humo que como dice un dicho popular:
"A los árboles se los conoce por sus frutos, a las personas por sus hechos".
Una de las herencias negras que nos deja ese período son los funcionarios que han llegado con demasiada facilidad a puestos de responsabilidad y tienen que manejar asuntos locales y "autonómicos" sin tener una preparación específica ni una formación continua.
Por ejemplo, cuando llega una nueva ley de contratos, de procedimiento administrativo, de lo que sea... a esas personas que nunca les han exigido una oposición de verdad, les cuesta muchísimo ponerse al día, incluso años, lo que atrasa los trámites de ciudadanos, los intereses de las empresas y a la misma administración.
En Andalucía, que tendrá igual cien mil problemas de enchufes, al menos el acceso a la función pública es riguroso y la gente que llega a un puesto público difícilmente ha sido por suerte o trato de favor, porque les hacen varias pruebas y se comprueba que son válidos en un amplio rango de conocimientos: tests, desarrollo, prácticas, cursos, entrevistas... además, los temarios y los requisitos están muy claros, los plazos son razonables y se publicita absolutamente todo, cualquiera puede ver la baremación.
En Ceuta nada más ha interesado enmarañar, hablar por lo bajito de convocatorias, posibles temarios, fechas, esconder los baremos... de esta forma se maximizan las posibilidades de determinados perfiles de llegar a los puestos aunque no tengan una preparación excelente y claro, así tenemos la administración que tenemos, que también es responsable del mal asesoramiento a una clase política de perfil más bien "desinformado", por decirlo suavemente.
Me parece increíble que, cuando por una vez se ve en Ceuta que seleccionan a personas desde el INEM para un trabajo que no es lo que acostumbramos ver (plan de empleo), lo pongan en duda. De hecho vayan y pregunten a los nuevos empleados de la explanada y aver cual de ellos es el enchufe, porque yo solo veo a ciudadanos padres de familia que siendo desempleados y cada uno con su respectiva antigüedad ( incluso de 13 y 7 años) han tenido la dicha de que les a tocado trabajar, no entiendo cuál es el problema para que hablen tanto. Ah sí la envidia de que ellos estén ahí y los familiares de los políticos se han quedado fuera ese es el único problema.