Desde la Frontera Sur surgen voces silenciadas pero que se escuchan como ninguna otra. Se escuchan porque muestran la rabia de las personas que, reunidas en un Círculo de Silencio, se afanan en reclamar otro mundo alejado de las tragedias, de esos dramas que “siguen ocurriendo y pasan desapercibidos, convirtiéndonos en una sociedad cómplice de esta realidad”.
Pensar, solidarizarse, actuar... Ese es el lema de los reunidos ayer, como cada mes, en la Plaza de la Constitución para que su silencio se escuchara, reivindicando así “la condena por las víctimas que son el resultado de las políticas migratorias que se traducen cada día en muertes”.
Y ellos, los concentrados, pusieron nombre, apellido o cifras a esos dramas. Hablaron de lo sucedido el 8 de julio en Marruecos, cuando un joven camerunés murió al intentar llegar con su grupo a la valla. “Según testigos presenciales, mientras intentaban escapar de las fuerzas auxiliares, muchos inmigrantes se metieron en el agua. Alcanzado por una piedra, el joven se habría ahogado. La familia del fallecido ya ha identificado el cuerpo. Este día decenas de subsaharianos fueron detenidos y trasladados al sur del país, algunos con heridas”, denunciaron.
Violencias, muertes, pero también impunidad que se mantienen en los espacios fronteras a donde las medidas protectoras europeas no llegan. Más bien se apoya y se mantiene una política de gendarme que trata de “manera indigna a familias, niños que buscan solamente protección, cumplimiento de sus derechos y la oportunidad legítima de vivir bien”.
El Círculo de Silencio estuvo preñado de dolor, de muestra de pesar ante hechos trágicos sufridos por inmigrantes que son víctimas de una “campaña de criminalización”, alertó el Círculo. Se da en Italia, pero también en otros países europeos y la sufren los inmigrantes pero también los activistas que defienden sus derechos porque son detenidos o acusados de favorecer la inmigración ilegal.
Se revivieron, en forma de palabras, los momentos de desesperación de personas abandonadas a su suerte en el mar, que reclaman ayuda sobre barcas que quedan destrozadas, que avisan por teléfono sobre sus situaciones sin que nadie les atienda.
Desaparecidos, cadáveres en la morgue de Nador, varios menores que han perdido sus vidas... Por ellos, por sus historias, por sus recuerdos, hubo ayer personas que se acordaron y que mostraron su condena con la mayor de las protestas, la que representa el silencio.
Pero aquí nadie protesta del país del que proceden? Del que uyen? Nadie? Y por qué? Porque aquí estamos los españoles para mantenerlos a todos, aún se pueden pagar más impuestos de nuestros precarios sueldos, también denegar ayudas a las familias españolas para ser solidarios con todos los que quieran vivir a costa de los demás.