El 73% del total incautado en España, procedía de Ceuta, Melilla y Andalucía
La Agencia Tributaria, a través del Departamento de Aduanas e Impuestos Especiales, intervino durante el año 2017 un total de 3,1 millones de productos falsificados en 2.999 operaciones, así como a través de 87 atestados con las correspondientes denuncias por delitos contra la propiedad intelectual e industrial, según ha informado el Ministerio de Hacienda y Administraciones Públicas.
El Ministerio destaca que, si hubiese llegado al mercado, la mercancía incautada podría haber alcanzado un valor de hasta 60 millones de euros. El 98% de productos falsos incautados procedieron del continente asiático.
En el volumen de productos falsos destacan la Delegación de Ceuta, Andalucía y Melilla con 2,3 millones, (73% del total incautado) y la Comunidad Valenciana ( 500.000, 16%). Esta última es la priemera en valor del producto aprehendido (24,8 millones, 41% del total).
Del total de productos incautados, algo más del 92% se aprehendieron en los puertos y casi un 6% en los aeropuertos. En cambio, por número de intervenciones, más del 88% afectaron a expediciones comerciales por vía aérea y algo más del 10% a expediciones por vía marítima. De todas ellas el 12% se concentro en el equipaje de viajeros ( tanto por vía aérea como marítima).
Una intervención en el puerto de Melilla de 960.000 bolígrafos procedentes de China representan el 31% del total de incautaciones en 2017
Sobre el total, una intervención en el puerto de Melilla de 960.000 bolígrafos procedentes de China representan el 31% del total de incautaciones de productos falsos en 2017. Una macrooperación que ha distorsionado la evolución del número de incautaciones, provocando, por ejemplo, que el número de productos de oficina incautados (por encima de los 1,3 millones) representen el 43% del total incautado.
La intervención de la Benemérita en busca de mercancía falsificada en el puerto el pasado mes de junio se saldó con la incautación en su llegada a Melilla por vía marítima de dos contenedores procedentes de China. Su destino final podía ser la venta tanto en comercios de la ciudad, como en Marruecos.