La Policía Nacional detuvo a dos personas que quedaron libres al no ratificarse la denuncia
Con grandes cuchillos y pistolas simuladas. En grupos reducidos. Siempre juntos, buscando a las potenciales víctimas que no son otras que los porteadores: los que esperan horas y horas en las tremendas e indecentes colas para cruzar a Marruecos.
En la noche del pasado jueves, último día oficial de porteo, varios camalos fueron atracados por bandas de delincuentes formadas por adultos y menores. Les quitan la mercancía, el poco dinero que llevan y abusan de ellos. Les golpean y les amedrentan. Repiten las mismas acciones delictivas contra los conductores de los vehículos patera, que son sus preferidos porque el botín que obtienen es mayor.
La ausencia de denuncias pone complicado la investigación en torno a lo que constituye una auténtica mafia. La Policía Nacional detuvo esta semana a dos sospechosos de pertenecer a estas bandas. Se les encontraron varias piezas simuladas y fueron inicialmente reconocidos por sus víctimas.
Una vez puestos a disposición del juzgado, quedaron en libertad porque nadie ratificó la denuncia. Quienes se dedican a estos atracos no son nuevos en tan delictivas prácticas, en algunos casos se trata de jóvenes que tienen antecedentes y que estuvieron implicadas en las llamadas ‘bandas de las capuchas’ que hace un par de años sembraron el pánico en las colas de los polígonos, atracando y vejando a los que esperaban para coger el ticket.
Emplean armas simuladas para amedrentar y aprovechan el caos del Tarajal para robar, abusar, golpear con violencia y escapar. Este medio ha sido testigo de cuantiosas denuncias verbales de porteadores para los que las colas se convierten en una doble tortura y viven bajo la amenaza constante de estos grupos delincuenciales.