El paralelismo que guarda el titular con la premonitoria frase de Winston Churchill no es solo lingüística, sino también circunstancial. Porque, lo quiera o no, teniendo en cuenta el resultado que han dado las urnas y los posibles pactos venideros, este país, España, podrá seguir siendo lo que es, o no. Y muy probablemente, tanto usted como yo, nos estamos jugando algo más que los impuestos o el sistema de pensiones.
Ya las urnas hablaron. Ahora se trata de conocer qué nos va a hacer sudar más, o si se va a presentar como sudor de esfuerzo o sudor frío. No se trata de si un partido u otro de los 3, o quizá 4, que aspiran a gobernar, tendrán éxito. Se trata de continuismo o piromanía. Espero que no haya caído en el engaño, en la gran cortina de humo de tener que elegir entre que le sustraigan el dinero o que le roben las libertades, porque a la corrupción les pasa un poco como a las meigas, la mayoría no es, aunque haberlas haylas; ahora bien, los liberticidas echan un tufillo a guillotina que el mismo Pablo Iglesias aseveraba en su programa “Fort Apache” con una de sus frases lapidarias: “La guillotina es la madre de la democracia” ¡Toma ya!
De cualquier forma las urnas se pronunciaron y volvió a enmudecer una mayoría silenciosa que prefirió no votar al no saber qué hacer con su voto, o por simple pereza no acudió a hacerlo. Y hay que recordar a todos aquellos que emanan cierto hedor antidemocrático, que se vota para conocer qué partido deseamos que nos gobierne, y no qué partido no queremos que nos gobierne, porque puestos a torcer la aritmética ninguno de los partidos representa la mayoría en los resultados.
Ni el voto de la estabilidad, ni el acopio de sindéresis, ni el miedo, han sido capaces de otorgar una mayoría suficiente a los populares para poder construir un gobierno estable, y aquí vendrán las lágrimas de muchos al comprobar que el supuesto castigo negándoles el voto, solo ha servido para dar alas a un frentepopulismo petulante que ahora se frota las manos relamiéndose los labios ante la descomunal tajada política que han sacado. Tajada que no es exclusivamente política, sino también económica, donde los de IU podrán afrontar los 11 millones de euros que deben a los bancos capitalistas, algo impensable con los resultados del anterior diciembre.
A fin de cuentas, la cuestión es que usted y yo vamos a tener que poner los votos, el sudor y las lágrimas, sin perder la esperanza y con la mirada puesta en el futuro. Ni se le ocurra mirar al pasado y evidenciar quién fue el culpable de que ahora, más que nunca, vuelvan a existir dos Españas. Ese anda contando nubes.