La palabra mantenimiento viene de mantener y es, en su 1ª entrada el Diccionario de la RAEL dice: “efecto de mantener o mantenerse”, es decir, lo que podríamos decir vulgarmente: “dejar las cosas como están”.
Según el CIS el 35% de los españoles no lee nunca o casi nunca y sólo un 29,3% lo hacen todos o casi todos los días; entre medias están los que lo hacen alguna vez al trimestre. Con estos datos ya tengo pistas para darme cuenta del porqué el gestor o gestores responsables del Polideportivo Guillermo Molina, no han podido pasar de la lectura de la 1ª entrada de la palabra mantenimiento… y por lo tanto, no han podido darse cuenta de que también se recoge, en el siguiente significado: “Conjunto de operaciones y cuidados necesarios para que instalaciones, edificios, industrias, etc., puedan seguir funcionando adecuadamente”.
Dicho esto, me gustaría que alguno de dichos responsables me explicara qué excusa hay, salvo el “menefreguismo” (esta aún no la reconoce la RAEL pero todo se andará porque es de uso popular en algunos países), o la ineptitud, para que después de un mes de “cierre por mantenimiento” de las instalaciones mencionadas, el primer día de su re-apertura y aún hoy, se encuentren las siguientes deficiencias, y eso, sólo en el recorrido que hago desde la entrada, pasando por el vestuario2 de hombres y accediendo a la piscina:
-El extintor del pasillo de los vestuarios2 está caducado desde mayo
-El picaporte de la puerta de entrada al vestuario2 de mujeres sigue roto. Colgando.
-La piscina pequeña tiene un problema con, no-sé-qué-pieza, que no permite evacuar o rellenar agua y no se puede usar.
-La temperatura ambiente y la humedad de la piscina son insoportables
Se diría que el mantenimiento adecuado (por lo menos ahora Agosto) no se está cumpliendo, al menos en lo que respecta al Reglamento de Instalaciones Térmicas y la Instrucción Técnica Complementaria para Acondicionamiento de piscinas (ITE 10.2) que, según he podido leer, habla de unos valores genéricos de entre 24°-26°C para el agua, una temperatura del aire entre 26°-28° y una humedad entre 50%-70%. Y aunque quizás algunos parámetros del RITE hayan podido ser modificados por normativas más recientes, la lógica me dice que estos valores no deben de haber variado mucho y ¡Qué quieren que les diga! El agua no sé, pero ni la temperatura del aire es de 28 ni la humedad ronda esas cifras.
Ya no sólo por los usuarios (que siempre habrá opiniones) sino, sobre todo, por los socorristas y monitores, que están soportando unas condiciones de trabajo no hablemos de inadecuadas, creo que directamente de insalubres.
Volviendo al principio, el mes de julio ha servido para “ensayar el mantenimiento”, es decir el “efecto de mantener o mantenerse”… igual que en junio. Y no, en hacer el “Conjunto de operaciones y cuidados necesarios para que instalaciones, edificios, industrias, etc., puedan seguir funcionando adecuadamente” y para lo cual se les priva a los usuarios un mes de piscina
¡Y todo por no leer un poco más!
Para finalizar les hago participes de un chiste que me han contado en estos momentos……
Un miembro de la comunidad amish, ese entrañable grupo menonita que suele aislarse en le campo y que se resiste a la modernidad y la tecnología, viaja con su hijo hasta Nueva York y al llegar al hotel se queda perplejo frente a una extraña caja metálica que domina el vestíbulo: un simple ascensor. Ambos observan boquiabiertos cómo una anciana se introduce en esa misteriosa caja y luego, a continuación, cómo números luminosos indican 1, 2, 3 y 4. Pocos minutos despúes, los números son decrecientes: 4,3,2, y 1, y de esa misma caja sale una rubia de formas insinuantes. Es entonces cuando el padre amish le dice a su hijo: “Tenemos que meter a mamá en esa caja”.