La Ciudad se comprometió hace ya casi un año a apoyar económicamente las actividades del PROI (Programa de Ocio Inclusivo). Ha cumplido después de firmar un convenio que permitirá que afectados con parálisis cerebral o una grave discapacidad motriz puedan encontrar una válvula de escape con el desarrollo de talleres
. Lo comprobamos esta misma semana, cuando la asociación nos invitó a unos talleres en el Revellín para comprobar in situ de lo que son capaces estas personas. Habrá más oportunidades de verlos. Con los 40.000 euros comprometidos se podrán llevar a cabo todo tipo de acciones formativas, desde pintura y fotografía hasta danza. Serán, en muchos de los casos, las únicas actividades que puedan desarrollar quienes necesitan mejorar su calidad de vida de esta forma. Cuando el PROI disponga de un local se habrá dado ya un paso definitivo para que pueda ponerse en práctica un programa de actos con mayor seguridad. Un programa del que se beneficien todos aquellos afectados, que necesitan de motivación, de trabajos que favorezcan su inclusión social, de acciones que les ayuden a desarrollarse mucho más. Nunca nos daremos cuenta de lo afortunados que somos quienes podemos desarrollar nuestra vida de forma independiente. Solo cuando te toca tener a un familiar o a un ser querido a tu lado afectado por este tipo de situaciones, uno repara en la soledad que afecta a esas familias que, viviendo en un estado del bienestar, se encuentran más desamparadas que nunca. De no existir la labor del PROI, los afectados de parálisis cerebral o discapacidades motrices se quedarían en sus casas, sin disponer de medios para desarrollarse, para sentirse útiles, para comprobar de qué pueden llegar a ser capaces. Hay asociaciones que cubren los huecos que deja el sistema, los vacíos que toda una institución es incapaz de suplir. La labor de esas asociaciones es clave para que las familias afectadas tengan algo a lo que aferrarse. Ellas constituyen el único aliciente para salir adelante. Nunca vi tanta feliz junta como cuando el PROI nos presentó su labor y trabajos en la Biblioteca Pública hace ya un año. Confío y espero que las cosas mejoren, que cada vez cuenten con más apoyos, que puedan ser más fuertes. Nunca sabremos lo importante que pueden llegar a ser. El camino no ha hecho sino empezar.