La plaza de los Reyes ha sido escenario de una nueva concentración de argelinos del CETI. Alrededor de 50 personas, con permiso autorizado para reunirse, han vuelto a trasladar a la opinión pública su situación. Porque ellos son los invisibles, los que están ahí a la espera de partir a la península pero que permanecen bloqueados, meses y meses, atrapados sin salida en el Jaral.
Algunos han pedido asilo, otros no lo hacen porque piensan que su marcha se retrasará. Mostraban la tarjeta roja y protestaban porque nadie les haga caso.
Las salidas de este colectivo se producen con cuentagotas. Es la otra cara de la inmigración. La que no se ve o, sencillamente, poco interesa.