No pertenezco al Cuerpo Nacional de Policía, pero sí tengo familia directa y amigos en el Cuerpo y tildo de vergonzoso la pasividad de las altas esferas del Cuerpo frente a las situaciones a las que han de enfrentarse día a día los funcionarios, sin material adecuado para la seguridad de las situaciones a las que se han de enfrentar.
Doy fe de ello porque en el desarrollo de mi actividad como letrada lo he podido comprobar, tanto en la insalubridad de los vehículos, ya que entra todo tipo de presuntos delincuentes, y por que a veces he tenido que montarme en ellos por motivos profesionales , y que conste que no hablo ni represento al colectivo de la abogacía, sino en el mío propio.
No se pueden ni imaginar, señores lectores, el tema de vehículos, que para eso está el grupo especializados en el mantenimiento. Yo me pregunto qué es lo que hacen y cómo permiten que sus compañeros trabajen con dicha peligrosidad. Los policías, al igual que los letrados, estamos expuestos a todo tipo de virus cuando eso puede ser evitado si la cúpula se preocupara, porque les garantizo que en el despacho, fresquito, se está de maravilla.
Aprovecho esta ocasión para denunciar la situación de los calabozos. En comisaría imagínense ustedes y solo funcionario la gran mayoría de las veces, cuando los detenidos se ponen todos de acuerdo para ir al baño o están con el mono y quieren ir al medico para que le manden los tranquimacines. ¿Qué hace el agente, se multiplica? De todo esto derivamos a que como todos los detenidos quieren ser los primeros, pues se autolesionan dado el estado en que se encuentran los calabozos, por lo que el detenido manifiesta que ha sido torturado por el agente, y lo más inédito de todo esto es que cuando pasan a disposición judicial al detenido, éste suele quedar en libertad con medidas cautelares. La cúpula, como yo la llamo, llama a los agentes y los detienen por un delito de tortura cuando en el parte del hospital pone “arañazo en brazo izquierdo”. Pronóstico leve.Y si les hablo de los calabozos del Juzgado, ni se imaginan cuando tenemos que bajar a ellos. La situación, estado, el olor... Lo que estos agentes tienen que aguantar desde insultos, patadas en las puertas de los calabozos... y estar en esa insalubridad todo el día doblemente, tanto en vehículos oficiales como en calabozos. Pero como pueden imaginar, ni la cúpula judicial ni policial bajan hasta estos lugares...
Todos sabemos que últimamente los tiroteos son casi a diario en nuestra ciudad y les aseguro que los agentes cuando acuden al lugar de los hechos están totalmente desprotegidos, no tienen chaleco antibalas, ni cascos según la normativa actual. Muchas veces cuando requerimos sus servicios y tardan no es por indiferencia, sino porque no hay zetas disponibles y a la cola. ¿Tan ciegos están los jefes y la Delegación del Gobierno? ¿Que no nos sentimos seguros porque no hay plantilla de Policía suficiente para cubrir las necesidades de los ciudadanos de Ceuta?
Fíjense la situación tan precaria de la Jefatura que no tenemos donde reunirnos para hablar con los clientes una vez que, tras determinado dicho trámite por ley, el detenido tiene derecho a entrevistarse de forma privada con su letrado. ¿Pero dónde? La única solución que tenemos es agradecerle tanto a los grupos de Policía Judicial o bien en la oficina de denuncia. Pero esto no es para relatarlo sino para vivirlo día a día. Los detenidos le han perdido el respeto a las Fuerzas y Seguridad del Estado y visto que no pueden tocar al detenido si le saca una navaja o cualquier otro tipo de objeto punzante, puesto que son ellos imputados y encima condenados porque tienen que hacer su trabajo y eso les lleva a que los el agente imputados y condenados.
Es vergonzosa la situación de indefensión y la carencia de medios para proteger sus vidas. Los agentes que trabajan todos los días son supervivientes de la calle, ya que ni siquieran tienen apoyo de la Jefatura y tampoco de la Justicia. Sepan ustedes que tenemos unos grandes profesionales, que el problema radica en la escasez de medios y que no se pueden dividir ni hacer más de lo que hacen. Yo hace tiempo llegué a una conclusión: solo hay crisis para la seguridad de la ciudadanía, pero para sus cenas y fiestas del patrón qué casualidad que de repente el dinero aparece. Me reitero en que todo lo relatado aquí es de motu propio, porque ya está bien de la pasividad e incumplimiento de las promesas. ¿Se lo pasan bien riéndose de los sindicatos y la ciudadanía? Saquen ustedes sus propias conclusiones de estos padres y madres de familia desprotegidos por la Administración.