El portavoz del Gobierno de la Comunidad de Madrid, Salvador Victoria, reclamó ayer al Ejecutivo datos de cuántos subsaharianos llegan a la capital procedentes de Ceuta y Melilla y pidió que estos traslados se lleven a cabo de forma “ordenada”.
Alarmado está con los datos publicados por Interior sobre la llegada de inmigrantes y por el desorden que éstos pueden causar en sus calles. Ahora el Gobierno de Madrid, hipócrita y cínico, se entera de lo que es la inmigración y lo que supone reclamando para los madrileños y su sociedad un menor impacto de una problemática global. ¿Se imaginan a Pacoantonio dando una rueda de prensa para pedirle al jefazo marroquí de turno que permita la entrada de los subsaharianos con orden?, ¿entienden una reclamación en la que un gobernante con los mínimos dedos de frente pidiera públicamente que se le gestionara la inmigración antes de verla en sus calles? Sería de tontos. Incluso las oenegés empezarían a suscribir el típico manifiesto contra el autor de esas palabras. Pero claro, la desfachatez del día se ha producido en tierras bajo control de la señora Botella, no en este lado del Estrecho.
Madrid llora, pide orden en la inmigración y, de paso, reclama más dinero. Miren, en esto último es en lo único que encuentro similitud con los modos y maneras que estila el PP local, auténtico artista en eso de reclamar más partidas cuando el invento les sale mal. Ha pasado con las transferencias en Menores, por ejemplo, y pasará con más, seguro.
Ceuta y Melilla son puertas convertidas en fronteras obligadas y tienen por obligación contener a hombres y mujeres que intentan escapar de unos países que nos les dan futuro. Hacen, ambas, el trabajo sucio a una península y a una capital que ahora se rasga las vestiduras porque quiere saber qué personas le llegan, cómo llegan y hasta reclaman que lo hagan siguiendo un orden. Puestos a pedir, llegará el momento en que seleccionen el tipo de inmigración que quieren: rubios y de ojos azules. Capaces son.
¿Tan difícil es comprender el fenómeno global de la inmigración y la responsabilidad compartida de todo un país? Debe ser que sí porque de otra manera no se entiende ni la postura hecha público por el portavoz del Gobierno de Madrid ni la falta de solidaridad manifiesta del resto de comunidades autónomas que viven de forma cómoda mientras haya quienes afrontan el trabajo de gendarme europeo bajo críticas, presiones e insolidaridad.