La espantá de Ceutahelicopters, que ahora vive su particular culebrón con retención del aparato en Camerún, ha dejado en el aire la conexión aérea.
La situación se agrava no solo por lo que hará o dejará de hacer una empresa privada que, a mi juicio, puede optar por la salida que estime (siempre y cuando se deje de vender la moto como viene haciendo hasta la fecha), sino por las noticias que llegan desde Algeciras del futuro que le espera al helipuerto con el plan de ajuste llevado a cabo por Aena. Izquierda Unida ya advierte del cierre de dicha infraestructura, lo que limitará la conexión aérea solo con Málaga, si es que la misma se retoma.
Ceuta se ve atrapada por una situación de merma en comunicaciones que, cada vez, es más preocupante. Y en este caso no me refiero a lo que pase con el helicóptero, enlace que puede resultarnos clave al común de los mortales solo en determinados momentos en los que no nos quede otra que pagar lo que no está escrito por volar. En el mar la situación se complica. Estamos asistiendo a un auténtico abandono en cuanto a las conexiones y enlaces que ofrecen las navieras. Ha habido trayectos que no han salido bajo la excusa del temporal o de una avería cuando, realmente, ha sido así porque el volumen de pasaje no convenía. Se han quedado en tierra chicas que iban a participar en competiciones deportivas, han perdido enlaces personal que tenía citas de negocios o se han visto afectadas empresas que tenían que recibir determinadas mercancías.
A estas supensiones se añade el recorte en horarios hasta el punto de que hay espacios de espera de hasta dos horas para, una vez llegado a Algeciras, poder partir a Ceuta. El amplio abanico ofrecido hasta hace bien poco se ha ido perdiendo, creándose una brecha contra la que tampoco hay respuesta ciudadana quizá porque ya nos hemos cansado de denunciar siempre lo mismo.
El hecho sangrante es que hoy por hoy Ceuta va haciéndose más chica. Oprimida por el aire, coartada por el mar... y si hablamos de la frontera terrestre mejos es cambiar de asunto porque lo que está sucediendo, por una u otra causa, roza ya el atentado contra los derechos básicos de los ciudadanos entregados a un pisoteo constante de nuestras libertades.