La barriada del Príncipe vuelve a ser escenario de un asesinato. Esta vez ha muerto un chaval de 20 años que estaba en la flor de la vida. Los asesinos llegaron hasta donde estaba Munir con sus amigos charlando y le dispararon a bocajarro un tiro en el pecho que minutos más tarde acaba con su vida.
Los individuos que decidieron matar a Munir, supuestamente lo hicieron por equivocación, pues todo el que lo conocía, incluido sus profesores de Instituto, han dado la cara diciendo que era una buena persona y que no se metía en líos.
Justificar la muerte de una persona a tiros porque sea un delincuente no es de recibo, pues para eso vivimos en un Estado de Derecho y es la Justicia quien tiene que poner a cada uno en su sitio. Si encima la persona que han asesinado nada tiene que ver con la delincuencia, esto es aún mucho peor, pues se mire por donde se mire estamos hablando de un inocente.
Los vecinos de la barriada del Príncipe han reaccionado y un buen número de ellos han perdido el miedo y se han manifestado por las calles para decir que basta ya de asesinatos y tiroteos, que quieren vivir en paz. Que no quieren tener que estar conviviendo con gente que mata. Y lo más importante, que no quieren que los asesinos de Munir estén en libertad.
Ahora lo que hace falta es que ese espíritu continúe y no decaiga y colaboren estrechamente con la Policía Nacional para que puedan esclarecer el mayor número de asesinatos y tiroteos que se han cometido. La Policía necesita de colaboración ciudadana para poder llevar a buen puerto las investigaciones, si el ciudadano no colabora las cosas se complican. La ley del silencio solo beneficia a los asesinos y delincuentes de todo tipo.
Ojalá, por el bien de todos, que de una vez por todas se le tienda la mano a la Policía y así se pueda encerrar a todos los asesinos y pistoleros que andan sueltos entre rejas.