En el reinado de Isabel II, y siendo jefe del Gobierno el general Ramón María Narváez, Duque de Valencia, se creó la Guardia Civil por Reales Órdenes de 28 de Marzo y 12 de Abril de 1844, encargando su organización a don Francisco Javier Girón y Espeleta, 2º Duque de Ahumada, erigiéndose una estatua, entonces, en el pueblo de Valdemoro (Madrid), y allí se estableció el Colegio de Guardias Jóvenes. Hace 169 años. El Duque de Ahumada nació el 11 de Marzo de 1803 en Pamplona. Se creó para mantener y restablecer el orden y combatir el bandolerismo español de Diego Corriente, que “a los ricos robaba y a los pobres socorría”. También a los Siete Hijos de Écija, al bandolero catalán Juan de Serrallonga, a Jaime El Barbudo de Valencia, etcétera.. .
Pero a través de la historia la Guardia Civil ha sufrido cierta animadversión, por no decir odio y anarquismo, de determinados sectores del pueblo. Tal es el caso de Arnedo (Logroño) y Castilblanco (Badajoz). Durante la Segunda República Española (1931-1936), España fue un constante motín y desorden y por 1933 “ni en Monte Arruit en la época del derrumbamiento de la Comandancia de Melilla, los cadáveres de los cristianos fueron mutilados con tal salvajismo semejante. Hubo mujeres que bailaron ante los restos mutilados de las víctimas”. Los días 27 y 29 de diciembre de 1931, en Castilblanco (Badajoz) su vecindario y un grupo de mujeres, entre ellas Cristina Luengo La Machota, se lanzó contra la Guardia Civil matando a palos, tiros, cuchilladas y pedradas, y bailando y pisoteando sus cuerpos sin vida y machacando el cráneo con su fusil. También en la Villa de Don Fabrique (Toledo) y en Casas Viejas-Vejer (Cádiz). “Cuando los guardias gasten las municiones, ya saldrán”, dijo Curro Cruz, el Seisdedos. La Guardia Civil fue auxiliada en Casas Viejas (Benalux de Sidonia-Vejer de la Frontera) por una compañía de la Guardia de Asalto, cuerpo policial creado por el presidente Azaña para preservar la Ley de Protección de la República Española. La misión de la Guardia Civil fue siempre restablecer el orden establecido a las órdenes del Gobierno.
Quizás en algunos momentos algún Guardia Civil o mando haya malinterpretado las órdenes recibidas de sus superiores, pero nunca por abuso de poder o venganza. Quienes piensen eso podrían ser capaces de obrar o reaccionar igual en otros momento de desorden.