La Federación de Fútbol organizó ayer el Memorial por Abdelkrim. Un gesto que se ha tenido para reconocer la figura de quien fue el médico de todos los caballas, una persona querida y cuya ausencia fue y sigue siendo llorada. La Federación ha roto con el olvido que sí se ha asentado en otras áreas. Nada más fallecer Abdelkrim surgieron voces reclamando que se le hiciera un homenaje como él se merecía. Se habló de una estatua a su figura -idea que no cuajó entre todos los grrupos- pero también se comentó denominar el Hospital Universitario con su nombre. Hubo recogida de firmas amparada por la FPAV y secundada por varios grupos sociales, se escribieron cartas y noticias que mostraban los posicionamientos de muchas personas a favor de una de estas ideas. Después llegó el olvido. Nada más se ha hablado al respecto.
La iniciativa de la Federación ha servido para que, de nuevo, se hable de Abdelkrim para que, otra vez, se reabra el debate sobre un asunto que no se ha cerrado, para que se ponga el acento en una deuda común que tiene esta ciudad con quien ha tenido relación directa o indirecta con muchas familias.
En ese olvido común entran también las instituciones, muy dadas a prometer para luego no cumplir. Y no me recuerden la mítica calle, porque hasta para eso parece que se ha tenido que colocar a escondidas. La Ciudad está en deuda con Abdelkrim, como institución debería liderar un homenaje como se merece, con la misma agilidad que ha tenido con otras personas sin que existiera consenso para ello. La Federación ha hecho que de nuevo hablemos del doctor, será buen momento para reflexionar sobre la asignatura que debería cumplirse.