Estimados lectores del Faro de Ceuta:
Me he decidido a escribir este artículo con el objetivo de dar a conocer la injusticia con que se trata a algunas personas en esta ciudad tan bonita y abierta a diferentes culturas desde tiempos inmemorables. Hay personas que se creen por encima de los demás y que estos no tienen derecho a salir adelante con su trabajo. Sobre todo sino tienen apellidos conocidos y vienen de otros lugares.
Sin más rodeos, lo que quiero es dejar constancia de las amenazas, coacciones, insultos, “zancadillas” constantes y enormes deseos de terminar con el trabajo de otra persona, que se sufren por el hecho de abrir un pequeño chiringuito de playa. Apertura que se ha hecho cumpliendo la normativa exigida para este tipo de locales, sin amiguismos y sin entrar en los “rollos”, malos o buenos, de los oriundos de Ceuta.
El mensaje para los que están detrás de todo esto sería: “crece con tu propio esfuerzo y trabajo, no creando el fracaso de los demás”.
En esto, como en todo, también está la otra cara, por la que hay que decir GRACIAS, con mayúsculas, a esa mayoría que anima a seguir adelante con su presencia diaria, a pesar de los errores que cometemos como personas y a aquellos que ayudaron desde el principio sin exigir nada a cambio.
Para finalizar, un soplo de aliento a esta familia luchadora que intenta salir adelante con su trabajo: “no se es derrotado cuando se pierde, sino cuando se desiste”.
Me he decidido a escribir este artículo con el objetivo de dar a conocer la injusticia con que se trata a algunas personas en esta ciudad tan bonita y abierta a diferentes culturas desde tiempos inmemorables. Hay personas que se creen por encima de los demás y que estos no tienen derecho a salir adelante con su trabajo. Sobre todo sino tienen apellidos conocidos y vienen de otros lugares.
Sin más rodeos, lo que quiero es dejar constancia de las amenazas, coacciones, insultos, “zancadillas” constantes y enormes deseos de terminar con el trabajo de otra persona, que se sufren por el hecho de abrir un pequeño chiringuito de playa. Apertura que se ha hecho cumpliendo la normativa exigida para este tipo de locales, sin amiguismos y sin entrar en los “rollos”, malos o buenos, de los oriundos de Ceuta.
El mensaje para los que están detrás de todo esto sería: “crece con tu propio esfuerzo y trabajo, no creando el fracaso de los demás”.
En esto, como en todo, también está la otra cara, por la que hay que decir GRACIAS, con mayúsculas, a esa mayoría que anima a seguir adelante con su presencia diaria, a pesar de los errores que cometemos como personas y a aquellos que ayudaron desde el principio sin exigir nada a cambio.
Para finalizar, un soplo de aliento a esta familia luchadora que intenta salir adelante con su trabajo: “no se es derrotado cuando se pierde, sino cuando se desiste”.