Pienso, y al pensar descubro.
Dudo, y al dudar escucho.
Miedo, y al temer pregunto: ¿A qué este odio que se cuela
por las rendijas?
¿A qué este muro?
¿Acaso no nacimos iguales,
tan iguales como dos gotas de aire?
Lo sé de buena tinta. El tiempo de la frustración ha vencido.
Ahora son las personas las dueñas de su destino.
Ahora el horizonte enseña sus tierras,
tierras hechas de barro, rabia y dolor.
Sueño, y al soñar murmuro frases escondidas, oraciones limpias,
que los ángeles del juicio olvidaron en su lid.
¿A qué extrañar la mirada, si el camino nos hizo iguales,
tan iguales?
Reverdecen los caminos en el fragor de la lucha.
Nuestras lágrimas no son agua, son espuma.
Nuestro alma es la lluvia que se funde
con el mar de las sales curativas.
¿Podrá vencer el barco a la tormenta?
¿Podrá vivir el cielo sin estrellas?
¿Podrá la generosidad con el estigma que nos aleja?
¿Podremos todos?
PD: Estas palabras son de agradecimento a los responsables
del restaurante “Sirene”, por su inciativa de la “tapa solidaria”.
Durante las próximas semanas las recaudaciones de las
tapas que se sirvan irán destinadas a asociaciones que prestan
una gran labor social.
Ayer sábado tuvo lugar una pase de modelos de lencería, con el que dio comienzo la actividad.