Nunca me ha gustado ese tipo de periodismo en el que la cámara oculta cobra el único protagonismo, porque viene a conseguir por una vía fácil lo que no se obtiene por otra: la del esfuerzo. Cosa bien distinta es lo que haga el ciudadano, que quiera recurrir a las redes para colgar grabaciones que le ayuden a denunciar las injusticias. Y eso, en países como Marruecos, termina siendo la última salida a la que se aferra una juventud contestataria. Así ha ocurrido con un reciente video grabado en la frontera marroquí y colgado en youtube. Con él se ha querido poner el grito en el cielo ante el trato que los ciudadanos reciben de algunos agentes. Con él se quiere demostrar el poder del dinero, aunque las pruebas no sean lo suficientemente claras como para sentar a más de uno en el banquillo. De momento lo que se ha provocado es una revolución en la dirección general de seguridad, que ha puesto el grito en el cielo y amenaza con revolver las filas de los agentes que prestan servicio al otro lado.
¿Qué todo esto lo ha provocado un solo hombre colgando un video en la red? Pues ya ven, de momento ya hay orden de inspeccionar y meter la nariz donde debe meterse por si nos encontramos con otra cosita.
Durante mucho tiempo se han recibido denuncias, ha habido hasta manifestaciones de porteadores para pedir alguna mejora, para protestar por su situación... pero no se ha conseguido un movimiento policial del calado actual. En eso está el éxito que pueden tener unos ciudadanos que buscan cambios y buscan que la frontera mejore.
¿Tomarán ejemplo otros compatriotas?, ¿habrá más videos de este asunto o de otros? Pues miren los resultados y analicen el efecto que puede tener una actuación anónima como la que ha generado esta revolución. De momento, en Marruecos.