El desarrollo de una sociedad se mide, en parte, por el trato que sus vecinos dan a los animales. Hay países en los que el abandono como tal no existe, ya que no entraría en conciencia de nadie maltratar a quien ha sido su mascota ni menos dejarla porque ya no ocupa el lugar de antes. En España estamos a años de luz de avanzar en esa concienciación social de respeto y de acordar las leyes que apoyen los derechos y castiguen las malas actuaciones. En Ceuta, ni les cuento. Hay un completo desbarajuste en todo lo relacionado con los animales, que terminan siendo víctimas de los desaguisados, broncas y ataques de egocentrismo que sufren las asociaciones que deberían implicarse más en la crítica y la acción reivindicativa que en sus enfrentamientos particulares. A mí como ciudadana me interesa más una asociación que se machaca la cabeza pensando la forma de recoger perros abandonados y de castigar a quienes los maltratan y no dedicándose el día a criticarse entre bandos poniéndose tibios en el facebook y en los comentarios internautas. Estos comportamientos dan mucho que pensar y terminan hundiendo la moral de amantes de los animales que, para evitar sufrimientos, han optado por no frecuentar aquellos caminos en los que, saben, pueden toparse con perros abandonados.
Hay otros ciudadanos que, aun desmoralizados, no desisten en su batalla por conseguir mejoras. Ponen el dedo en la llaga convirtiéndose en moscas cojoneras para que las denuncias no se olviden y para que las entidades no se pierdan en guerras personalistas que sólo interesan a sus protagonistas y a los seguidores de cada actor. Me llama la atención que haya personas como Kiko (colaborador de esta casa) que se hayan tomado como reto la lucha por una sociedad mejor para los animales escribiendo cartas con las que busca dar a conocer una realidad que no se nos debe escapar. En Ceuta faltan actuaciones, faltan medidas efectivas para que se actúe con celeridad cuando hay perros abandonados en nuestros montes, para que se sancione a quien está maltratando a los animales a la vista de todos, para que se mejore en esa concienciación social que está en sus horas bajas. Tenemos un responsable político, el consejero Hakim Abdeselam, que tiene bajo sus competencias el poner orden en todas estas carencias para evitar que persistan. No puede mirar hacia otro lado porque es su trabajo, es su misión, su encomienda política y su deber. Estoy segura de que Kiko, de manera pública, y muchos otros ciudadanos de forma más íntima van a seguir luchando para que no se permita la persistencia de una dejación absoluta en esta materia. Con ellos al frente, al consejero Hakim le ha salido un grano en las posaderas, se lo aseguro.