E s de noche, esta mañana retiré los cuadros de las paredes del Museo del Revellín. He tenido otras exposiciones antes, pero en ninguna sentí lo de esta mañana. Una mezcla de emociones y sentimientos fuertes y contradictorios.
Vivía a caballo entre Sevilla y Ceuta, esta exposición, este contacto con el pueblo de Ceuta, con sus gentes ha sido el desencadenante para tomar la trascendental decisión de quedarme aquí, con vosotros. Sois tan distintos, tan variados, tan espontáneos, tan emotivos y cariñosos, tan sensibles, tan románticos y dialogantes, tan acogedores,....tan humanos. Habéis conseguido que rejuvenezca, que vuelva a sentirme adolescente en ese barrio de Madrid donde nací y crecí. Es bonito llegar tarde a casa a comer porque el paseo hasta el hogar se interrumpe continuamente con saludos, sonrisas y muchas veces con unas palabras.
Doy las gracias a la pintura porque ella me ha hecho pararme a observar la belleza de los instantes y las cosas. Doy las gracias a los responsables de Cultura por confiar en mí y en mi obra y concederme el honor de utilizar el Museo del Revellín. Doy las gracias a nuestro Alcalde, a las autoridades civiles y militares, a los miembros del Consulado de Tetuán y de antiguos Regulares, a mis amigos y compañeros de armas y a mi familia por haberme arropado y haber engrandecido con su presencia el momento de la inauguración el pasado 25 de Mayo. Doy las gracias a los muchísimos que os Habéis llevado una parte de mi vida, de mi alma, a vuestro hogar y me permitís formar parte de vosotros como vosotros formáis ya parte de mí. Doy las gracias a los cientos que Habéis escrito en mi libro y con vuestras palabras y aliento me estimuláis sobre mi capacidad de trasmitir, y mi creatividad y originalidad a la hora de pintar. Doy las gracias a los maestros de las Bellas Artes que me Habéis alentado, acompañado y enseñado durante estos días. Doy las gracias a los medios de comunicación por vuestro cariño y complicidad, aunque algunos dijerais que era de Regulares. Doy las gracias a todos los que no Habéis podido pasar, porque así solicitaré volver a exponer aquí y compartir mi mundo con vosotros.
Doy las gracias a mi familia que pacientemente ha esperado mis ausencias mañana y tarde. Y finalmente doy las gracias a los que, aún habiendo sido personalmente invitados a enseñaros mi obra, no Habéis venido a verla, porque definitivamente me Habéis enseñado que lo más hermoso que tiene el hombre es su libertad.