Los vecinos de Sidi Embarek han denunciado en más de una ocasión la inseguridad existente en un garaje en el que se acumula todo tipo de chatarra. Lo han denunciado porque ya ha habido incendios, operaciones policiales, tránsito de sospechosos... y ayer sonó la flauta de las desvergüenzas y hubo otro incendio. ¿Por qué digo de las desvergüenzas? Porque en más de una ocasión quienes viven en la zona han acudido a las instancias oficiales -esas que se supone que te hacen caso- para pedir que adopten una solución. ¿Saben que se les dijo? Pues que no se preocuparan, que iban a acudir al lugar y que iban a recuperar el garaje para lo que debe ser, no para lo que se ha convertido: un almacén de chatarra.
¿Ustedes se lo creen? Los vecinos se pensaron que sí, que está vez se les iba a hacer caso... hasta que ayer tarde se dieron cuenta que se les había tomado el pelo.
Los bomberos han advertido de la peligrosidad de la zona, han urgido a una limpieza en el lugar, y han llamado la atención, dentro de sus posibilidades, para que se actúe. Las fotos están ahí. Porque hoy, además de sacar los rostros agradables de Vivas, Carracao, Márquez, Ramírez y demás por conseguir un mero trámite más en ese paso hacia las bonificaciones que todos se apuntan (para eso se ponen de acuerdo) también sacamos las fotos de otra realidad: la de la dejación que institucionalmente ha habido con los vecinos de esta zona que han soportado promesas y han visto como las mismas no se cumplen. O sea, hablando en plata, que les han mentido.
No sé, quizás las fotos del incendio de hoy constituyan también otra realidad virtual, fantasmagórica e irreal. ¿Y todavía hay quienes quieren dar lecciones de periodismo serio? Ok.