Adon Juan le ha salido un grano en las posaderas, que lleva por nombre Policía Local. Y es que por muchos cambios que haga y por muchas apuestas personales que nos ofrezca, siempre ocurre algo que hace ponerse en pie de guerra a los sindicatos. Ahora ha sido el tema de las cámaras. Gran Hermano al estilo ‘Hombres de Paco’. Quién sabe. El hecho es que hasta la UGT le ha plantado cara a la Jefatura, y eso que hace bien poco la apoyaba a muerte. Algo ha tenido que pasar para que ahora el sindicato no sólo denuncie la colocación de cámaras por todo el cuartel sino que además diga que se han creado dos plazas a dedo. ¿Nos quedamos tan panchos? Quizá en esta ciudad ya estamos acostumbrados a tanta ley del dedillo que tenemos asumido eso de los boquetes por la cara.
En esta guerra sindical también entra en combate CCOO. Los de López López piden claridad, aunque me parece que en la Policía hace tiempo que se rompió el diálogo social. Si no, ¿cómo se explican que hace diez días se pidió por registro una reunión para que se informara a los sindicatos sobre la existencia de estas cámaras y todavía la misma no se haya celebrado? Yo encuentro una única respuesta: que el ordeno y mando se ha instaurado en un Cuerpo en el que se habla demasiado de bandos, guerrillas, boquetes, afines al jefe y a quien no es jefe, enfrentamientos y demás.
La Ciudad nunca ha querido meter mano en el tema, quizá por el temor a encontrarse más polémicas. De hecho ha aguantado y lo sigue haciendo enfrentamientos entre el mando político y policial. El día de San Urbano todo fue bonito, hasta hubo copa (¿por cierto, quién la pagará?), pero la realidad es la que conoce don Juan que todavía no ha conseguido dominar a las fuerzas bajo su mando. No hay consejero que controle, ni jefe que aporte más transparencia y menos escándalos. Las batallitas sindicales continúan, las sentencias judiciales desautorizan órdenes policiales y en la casa nadie quiere coger la escoba y empezar a barrer. ¿Gran Hermano? Que se lo expliquen a los agentes. Falta hace.