Acaba de fallecer nuestra madre tras una larga y penosa enfermedad típica de nuestros días. Ya en el último año ha estado ingresada varias veces y muchas más, una al mes, ha sido transfundida para permitirle seguir viviendo. Soy de Ceuta aunque ya no vivo allí y siempre escucho quejas sobre el funcionamiento de los servicios sanitarios de la ciudad. Pero esta vez, voy a romper una lanza a favor de los profesionales de la salud, las personas que nos han atendido en este tránsito, con todos sus conocimientos -muchos o pocos- y con toda su vocación, no han reducidos esfuerzos para hacer lo que ella y la familia pedíamos. Es una pena que ese gran hospital no aumente “grandemente su plantilla”, así, con la vocación y la dedicación que muestran estas personas y en número suficiente vuestra sanidad será más aun más decente; yo le diría a los políticos y a los caballas, que más vale cambiar “aceras y macetas” por “médicos y educación”.
Agradecer a todos, desde los voluntarios de la Cruz Roja que trasladaron a mi padre, ya impedido, a despedirse de la que fue su compañera durante mas de 60 años; los médicos de urgencia y el 061 que tantas veces fueron a visitarla; sus médicos de cabecera que también hacían lo mismo y nos facilitaban las múltiples recetas; los auxiliares, enfermeros y médicos de hospital que cuanto más enferma estaba más le prestaban atención ; y el servicio de Cuidados Paliativos que siempre explicaba la evolución a los familiares.