Tras mi reciente viaje a esa ciudad en la tercera semana del mes de Junio, he estado tan absorto dedicado a pasar apuntes y datos recopilados, que he pasado por alto comentar mi viaje a Ceuta. Mi buen amigo Antonio Breviatti, causante directo de este “tinglado” me esperaba a primera hora de la tarde para tomar café y tener una primera toma de contacto. Fue innumerable la cantidad de amigos y conocidos, que pasaron por nuestra pequeña mesa del Café Da Vinci, en la calle Real. Yo no paraba de tomar notas a duras penas, pues la gente estaba ya preparada y advertida previamente y comentaban sus vivencias en un atolondrado pero cariñoso desorden que yo debía ordenar.
Posteriormente dimos una gran vuelta, subiendo por calle Canalejas hacia arriba, visitamos antiguos restos de patios, hicimos un montón de fotos y francamente me ayudo mucho a situarme, pues todo era desconocido para mí......y si voy a escribir sobre un tema, lo menos es informarse.
Al siguiente día, más de lo mismo, quedamos con otro caballa, Alejo (padre de Maruchi), quien nos acompañó en nuestro recorrido vespertino. Todas las personas veían con buenos ojos, la idea de rescatar a estos queridos patios del olvido. En más de una ocasión, algún vecino que vivió en uno de estos patios, leía lo que ya tenía escrito referente a su propio patio, y estos sonreían leyendo secuencias vividas por ellos mismos, muchos años atrás, ya casi olvidadas. Ese fue el denominador común de que yo iba por buen camino.
Con idea de informarme más, visité la Biblioteca Pública, donde todo fue atenciones y amabilidad, tanto por parte del personal, como de su Director Don. José A. Alarcón.
Otra visita muy interesante y obligada en mi agenda, era la del Archivo General, donde fui cordialmente recibido y atendido por el cronista de la ciudad, Don José Luis Gómez Barceló, quien además de prestarme su gran ayuda, me obsequió con unos volúmenes de escritores ceutíes, que posteriormente me sirvieron en mi trabajo de recopilación de datos.
Tuve varias entrevistas ya concertada desde la península que fueron muy fructíferas y siempre llenas de ánimo por el tema escogido: “Los Patios de Ceuta” Francamente todo han sido halagos y ayudas espontaneas, usando el mejor método: “el boca a boca”.
Es por ello que hoy, algo tarde, quisiera decir: “Gracias, Ceuta”. Gracias “caballas” por vuestra forma de ser. No pienso defraudaros.