Na parece que se están tranquilizando todos los que ansiaban una reforma laboral profunda en España. El Banco de España, el Fondo Monetario Internacional, los 100 Economistas, los mercados, la Comisión europea, el Comisario Almunia... Y sobre todo, Díaz Ferrán y los empresarios. También salen a la luz los viejos tiburones socialistas, con Felipe González a la cabeza, para apoyar a Zapatero en la reforma laboral que nos va a imponer. También él metió la tijera en todo lo que se podía recortar. Aunque entonces la clase obrera era más peleona.
Por circunstancias académicas y profesionales, esta semana que ha pasado he acudido a dos tipos de Foros de trabajo distintos. Uno económico, en el que se estudiaban algunas de las técnicas más importantes de medición económica, en el Instituto de Estudios Fiscales. El otro era jurídico, en la Universidad de Castilla La Mancha, en el marco de las jornadas anuales que organiza el Gabinete de Estudios Jurídicos de CCOO, en el que se analizaban las últimas reformas procesales producidas en materia laboral y de seguridad social, así como las medidas laborales que se están proponiendo frente a la crisis económica. En ambos participaban especialistas de primer nivel. De ambas experiencias obtuve unas pequeñas enseñanzas respecto a ciertos mitos que, de forma interesada, se están propagando, y que carecen de base alguna para ser sustentados.
Primero. El origen de la crisis económica está en el exceso de gasto en el que se ha incurrido por parte de todas las economías desarrolladas, en los últimos años. Esto justificaría que ahora tengamos que apretarnos el cinturón. Gráficamente, uno de los especialistas económico nos describía la situación utilizando el ejemplo de una familia que tenía que restringir gastos cuando no podía pagar sus préstamos. Sin embargo, yo no comparto totalmente dicha apreciación, pues lo que hay debajo de todo es la actuación especulativa de unos cuantos fondos de inversión, sin control alguno por parte de las autoridades monetarias, que han generado un "gigante con pies de barro". Es decir, se trataría de una crisis sistémica como consecuencia de que al mundo financiero se le ha dejado moverse y especular con total libertad, sin sustento alguno en la economía real. Y lo grave es que las medidas de contención del gasto público, criticadas por economistas de la talla de Krugman, sólo están sirviendo para beneficiar a aquellos que las han provocado: los especuladores financieros.
Segundo. La reforma del mercado laboral español es totalmente necesaria para proteger a los más débiles y generar empleo. Como sostenía uno de los expertos en derecho laboral, si alguien fuese capaz de demostrar que reduciendo la indemnización por despido desde los 45 a los 33 días, se iba a reducir el paro en la misma proporción, todos firmábamos en el acto. La prueba está en el escaso éxito que tuvieron, en su día, el contrato de fomento de la contratación indefinida, o las medidas de de fomento de la contratación parcial. Ni una ni otra han reducido el desempleo. Al contrario. El desempleo se ha incrementado y la temporalidad en la contratación también. Las razones son variadas. Pero una de las más importantes es que la mayoría de empresas las utilizan para eludir las normas del derecho laboral y para precarizar las condiciones de trabajo. Es decir, para obtener más beneficio en menor tiempo.
Tercero. Despedir en España es caro y difícil. Sin embargo, los datos que se publican demuestran todo lo contrario. En nuestro país despedir es muy barato (350 euros de media por persona y año), dada la alta temporalidad. Y también es muy fácil. Se puede, incluso, despedir sin causa, admitiendo la improcedencia (despido express), para así evitarse pagar salarios de tramitación.
Cuarto. El mercado laboral español es muy rígido y por esto no crea empleo. Sin embargo, en nuestro país se puede contratar a una persona para trabajar una hora al día, o un día al mes, ya sea a través de empresas temporales, o directamente. Es decir. Facilidades las hay de todo tipo. Lo que ocurre es que lo que algunos empresarios quieren es acabar con los derechos de los trabajadores fijos y conseguir el despido totalmente libre. Como decía una experta en creación de empresas, el empleo no se crea facilitando el despido, sino promoviendo la creación de empresas.
Quinto. La reforma laboral en marcha es necesaria para evitar otras reformas sociales más profundas. Falso. Lo que está en marcha es el cambio de todo el sistema de protección social europeo. Lo que se quiere es reducir los derechos laborales, los de seguridad social, los sanitarios. Y todo en el marco de la Unión Europea. Por eso, las luchas sindicales a nivel local han de dejar paso a las luchas sindicales a nivel internacional. De lo que se trata es de evitar que la globalización y la internalización de los mercados conlleven una igualación de los derechos de los trabajadores a la baja. Ya se consiguió, en parte, con la famosa Directiva de Servicios "Bolkestein", obligando a las instituciones europeas a mantener, al menos, el respeto a los derechos básicos de los trabajadores.
Es decir, que esto no ha hecho más que empezar. O los trabajadores nos concienciamos y movilizamos a nivel europeo, o los especuladores financieros (¡estos sí que están organizados!) nos las dan todas en el mismo lado. Aunque gobierne el Partido Popular (ahora rebautizado como de los Trabajadores).