La barriada de San Amaro continúa demandando un local social, una de sus quejas más reiteradas que vienen repitiendo desde 2002. "Nos lo han presentado en el proyecto político del Partido Popular de las elecciones autonómicas, pero sigue sin ejecutarse", se lamenta el presidente de la asociación de vecinos, Melchor León.
Aunque la excusa del espacio sigue siendo la más repetida, para León esto no es suficiente, ya que la barriada abarca desde el antiguo hospital de la Cruz Roja hasta Infanta Elena y, además, se ha ganado espacio con el derrumbe de unas siete viviendas. "Hay solares, pero siempre nos dicen que es terreno militar. Ante ello, nos ofrecieron el antiguo aljibe, a falta de una reforma que tampoco se llegó a poner en marcha".
La única posibilidad de contar con un local social donde los mayores pudieran realizar actividades, fin último de la asociación vecinal, se esfumó con la cesión de un espacio al Centro de adicción al tabaquismo. "Se supone que nos lo iban a donar y, finalmente, se lo dieron a ellos", explica León.
Por otra parte, la seguridad en la barriada "deja mucho que desear", asegura su presidente. La creación de la UPAC hace dos años no ha dejado huella en San Amaro. "En el tiempo en que llevan funcionando, sólo han pasado dos veces".
También brilla por su ausencia la presencia de polideportivos para los más pequeños, "pese a que todas las barriadas cuentan con zonas para que los niños hagan deporte".
León también se pregunta el motivo del retraso en las obras de rehabilitación de los edificios, previstas para el pasado mes de septiembre y que acometería la mejora de fachadas, pinturas y zonas superiores, que se están desmoronando.
La limpieza preocupa sobremanera a los vecinos ya que los baldeos no se llevan a cabo con demasiada asiduidad. "Desde que han cambiado de empresa, hacen un baldeo cada cuatro o cinco meses y no tenemos barrendero los fines de semana".
Los problemas no terminan ahí, ya que desde la asociación de vecinos también exigen un semáforo a la altura del tanatorio que regule las altas velocidades que llegan a alcanzar los vehículos, así como una mejora de los accesos a la playa de San Amaro.