En barrios como el Príncipe o Benzú la mañana fue demasiado tranquila, sin apenas votaciones, algo vinculado directamente al Ramadán. Mientras, en el centro la actividad era mucho mayor. Familias al completo, abuelos con sus nietos, jóvenes, mayores... todos votaban.
La jornada electoral transcurría ayer con normalidad en Ceuta. Los colegios habían abierto sin incidencias para que la ciudadanía pudiera ejercer su derecho al voto, disponiendo de todas las facilidades para ello. Eso sí, esa normalidad caminaba diferente según los distritos. En los de mayor presencia de votantes musulmanes el Ramadán se notaba. Y mucho. Por la mañana los votantes que se habían acercado a sus colegios de referencia en barrios como el Príncipe o Benzú eran muy pocos. De hecho en las mesas imperaba el aburrimiento, aunque confiaban en que ya por la tarde la cosa “se animara”, decían.
En el colegio Reina Sofía se hablaba de todo un poco. De las notas de los niños, del tiempo... también de la abstención temida. En una de las mesas estaban Chaima y Hanan. Ambas llamadas como suplentes, tuvieron finalmente que constituir la mesa porque el presidente llegó tarde. Fue una sorpresa para ellas, pero con ánimo y ayuda de todos afrontaron su trabajo a la perfección.
En el Polifuncional algunos interventores ubicados en la puerta de entrada al colegio utilizaban términos como “catastrófico” para hablar de la esperada abstención que se iba haciendo palpable conforme avanzaban las horas. Amal y Fati, al frente de una de las mesas, compatibilizaban el ayuno de Ramadán con su labor encomendada. Nada más abrir el colegio tuvieron trabajo, ya que una pareja de vecinos esperaba con ansia depositar sus papeletas. La normalidad acompañó la jornada en el barrio, algo mucho más palpable en Benzú, en donde el Pablo Ruiz Picasso iba recibiendo votantes muy a cuenta gotas.
La lentitud del voto en estos distritos chocaba frontalmente con la mayor actividad registrada en el centro. Incluso en colegios como el Miguel Hernández o el Camoens se formaban colas. En el primero, eso sí, se criticaba la mala organización ya que se habían cambiado las mesas de votación y demasiadas personas tuvieron que recurrir a la ayuda de los interventores para conocer dónde les tocaba esta vez.
Al Miguel Hernández acudía a votar el matrimonio formado por Antonio Cruces y Estrella Caballero. Y lo hacían de una forma muy especial, llevando a su pequeña nieta Sor para que conociera la importancia de una jornada como la de ayer. La pequeña iba de la mano empezando a contactar con un ejercicio democrático que le tocará desarrollar dentro de unos años. Muy cerca de este centro, en el Camoens, le tocaba votar a la señora María del Rosario Martí Lloret, de 93 años. Nunca ha faltado a la cita y ayer lo hacía orgullosa acompañada de sus hijos Emilio y Rosario. ¿Un acto importante? “Lo importante son los resultados”, expresaba sonriente.
Vivo ejemplo de la importancia de las votaciones, María del Rosario acudía orgullosa con sus hijos del brazo. Y lo hacía al igual que muchos ceutíes, matrimonios, familias al completo... algunos incluso marchaban con sus mascotas. De cualquier forma, pero acudían a votar acoplando el horario de la mejor manera a un domingo que sabía a repetición, pero que constituía todo un deber.
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