El Ejecutivo local duda ahora sobre la conveniencia de acabar con el muro que separa la antigua estación de ferrocarril de la zona portuaria. Esta propuesta se veía hasta ahora como una oportunidad de expansión de la ciudad y estaba considerada como beneficiosa para el conjunto de los ciudadanos.
Ahora resulta que han surgido problemas, lo que no debería conllevar la eliminación del proyecto sino llevar a la búsqueda de soluciones. El Puerto plantea la necesidad de continuar manteniendo ese muro por medidas de seguridad. Así, al menos, se lo han transmitido responsables de la Autoridad Portuaria a los técnicos encargados de la redacción del Plan General de Ordenación Urbana. No hay porqué dudar de que el argumento del Puerto es cierto, ni pensar que se están planteando problemas donde no los hay. En cambio sí que surgen incógnitas en relación al poco interés por buscar soluciones alternativas al muro para subsanar la pérdida de seguridad que supuestamente conllevaría su eliminación. La respuesta que se podía esperar del Gobierno local, si realmente está convencido del proyecto, sería ésa, que se están buscando alternativas y que, además, se mantiene un contacto fluido con los responsables de la Autoridad Portuaria para subsanar cualquier otro inconveniente.
Por otra parte, es cierto que, como señalaba durante el pleno de ayer el consejero de Fomento, Nestor García, la Ciudad no es nadie para decir al Puerto lo que tiene que hacer. En cambio, sí es alguien para negociar en nombre de todos los ceutíes sobre un asunto que beneficia a la ciudad. Nadie podría echarle nada en cara al Ejecutivo local (más bien todo lo contrario) si se hubiera reunido o tuviera intención de hacerlo con los responsables del Puerto para tratar de llegar a un acuerdo y buscar alternativas a cualquier dificultad que surja para acometer el proyecto. Eso sí, dando por hecho que ambas instituciones tienen un interés real en que éste se materialice.