El Puerto sigue sin descartar bajo ningún concepto lo que se vino en denominar en su momento como la segunda ampliación, que supondría construir nuevos equipamientos fuera de la actual dársena, en aguas ya del propio Estrecho.
Una ampliación parecida a la que recientemente realizó la Autoridad Portuaria de Algeciras más allá de sus tradicionales diques y cerca de la costa enfrente de la barriada de San García.
El cambio de la legislación sobre el incremento de los años de una concesión administrativa dentro de las obras de cooperación público privada ha provocado que todos los puertos de España se hayan lanzado, en estos últimos doce meses, a la búsqueda de inversores privados que deseen la realización de proyectos de envergadura. Lo mismo ha hecho la Autoridad Portuaria de Ceuta y ya ha tenido contactos con una empresa extranjera que está interesada en esta macro inversión y ahora mismo analiza si la misma es rentable. Por supuesto, la idea es respetar el proyecto que ya se redactó en su día, porque ahora mismo nada más que se construiría un dique y no se completaría el relleno del espacio que quedaría entre el nuevo y el viejo dique.
Fuerte inversión
Esta inversión podría estar alrededor de los cincuenta y cinco y los sesenta y cinco millones de euros. A las empresas que les suele interesar este tipo de trabajo son las que están relacionadas con el sector marítimo o bien fondos de inversión que igualmente cuentan con apoyo dentro del mundo de la navegación marítima.
El proyecto se centraría en la construcción de un dique que partiría del final de la primera ampliación y que sería paralelo al dique de Levante o Muelle de la Puntilla, con una longitud aproximada de setecientos cincuenta metros y una distancia entre uno y otro de seiscientos ochenta metros.
¿Qué le permitiría la construcción de este dique a la Autoridad Portuaria de Ceuta?. De entrada, posibilitar la llegada de barcos de mayor tonelaje, además de potenciar con un resguardo las operaciones de bunkering que, en muchas ocasiones, es la gabarra la que debe salir a atender a los barcos que quedan anclados en la bahía y que no entran dentro de la dársena portuaria.
Por supuesto, esta obra sería para arrancar la ampliación, ya que no se descarta en ningún momento que en su día se pudieran comenzar con el relleno del espacio que queda entre dique y dique.
El mismo presidente de la Autoridad Portuaria, José Torrado, señala que un puerto como el de Algeciras ha utilizado durante muchos años, incluso antes del cambio de la legislación, la colaboración público privada, lo que sucedía es que no encontraba problemas aunque el tiempo de explotación de la obra fuera más bajo, porque existe mucho negocio en el sector de los contenedores. Recuerda que este interés por ampliar el puerto de Ceuta es ya antiguo, pero que ha quedado demostrado que el transporte en barco sigue incrementándose y que el Estrecho es la segunda zona de mayor tráfico del mundo después de Malasia y Singapur.
Varias veces frenado este proyecto concreto
Cuando a comienzos de la pasada década se inició la construcción de la primera fase de ampliación del puerto, rápidamente en medios portuarios se inició la posibilidad de construir una segunda ampliación que tendría una superficie de más de doscientos mil metros cuadrados. En un principio, se iba a realizar con dinero de los Presupuestos Generales del Estado, pero se abandonó. Durante varios años el puerto ha estado buscando un inversor, que en varias ocasiones, era una empresa holandesa para que la misma se hiciera cargo de la obra. Ahora, se ha vuelto a la carga.
La empresa debe presentar el proyecto en la Autoridad Portuaria
¿Cómo es el procedimiento para que un acuerdo entre la Autoridad Portuaria y una empresa privada salga adelante? Si en un momento determinado cuajan los contactos entre el puerto de nuestra ciudad y ese inversor que llevaría adelante la construcción del mencionado dique, para luego explotarlo durante un período de cincuenta años, la primera obligación que tendría sería la presentación de ese proyecto. Como es lógico, tras ser analizado por los técnicos de la Autoridad Portuaria, entonces se produciría la obligatoriedad de una exposición pública.
Y si durante ese período de exposición pública, resulta que alguna otra empresa se muestra interesada en presentarse, no tendría ningún problema, también está autorizada. Entre todos los proyectos, incluido el del primero, tendría que someterse a un concurso de concurrencia y sería un tribunal el que establecería cual se llevaría adelante, a partir de una serie de puntuaciones que están establecidas en función de los distintos parámetros que se incluirán en el mismo.
Así son los pasos establecidos por la legislación vigente al respecto para la realización de una obra de colaboración público privada de esta índole.