Alfonso Sánchez aprovechó el balance del operativo de la UCRIF para ‘bendecir’ la labor del CNP.
No es habitual que la Jefatura Superior organice ruedas de prensa en sus dependencias para informar de operaciones. Ayer, dada la magnitud del operativo, se decidió que sí, que había que acudir a las viejas dependencias de lo que parece un ‘piso patera policial’ debido a su masificación y antigüedad, para exponer los resultados de la UCRIF. Y dicha presentación se quiso hacer con todos los honores, contando con la presencia del delegado del Gobierno, Nicolás Fernández Cucurull.
El jefe superior, Alfonso Sánchez, pareciera que iba a entonar una canción de despedida al transformar su intervención ante los medios en un mini-resumen de las actuaciones policiales llevadas a cabo en lo que va de año, así como un homenaje a sus “hombres y mujeres de azul”, como definió a la plantilla de la Jefatura.
“Hemos atravesado por distintas circunstancias”, recordó, “como la alarma por los robos a los que se dio respuesta rápida y eficaz, ya que a día de hoy los índices” de criminalidad en este ámbito “están más bajos”, reseñó. ¿Quema de coches? También bajo control, con mención especial al del sindicalista Juan Luis Aróstegui, “que se demostró era fortuito”. “Son hechos aislados, sin conexión de bandas que nos hicieran temer cuestiones más graves. Parece que la cosa está normalizada”, apuntó a los periodistas. Y de los coches al yihadismo, cuya labor ha quedado reflejada en los medios de comunicación de manera adecuada tras las últimas detenciones, así como la reciente operación de la UDYCO, que parecía quemar en los labios de un jefe Sánchez eufórico que optó por contenerse ante el secreto de sumario aún en vigor.
Arropado por su segundo y por el delegado del Gobierno, el jefe Sánchez quiso mostrar su “orgullo y satisfacción” por los policías, queriendo hacer público que se sentía “muy orgulloso” por el trabajo de los hombres y mujeres “de azul” a su servicio.
A la intervención de Sánchez se sumaron las manifestaciones de Fernández Cucurull, que hiló la operación de la UCRIF con la prueba evidente de que “el Gobierno está en funciones pero no el Estado de Derecho”, mostrándose convencido de que “entre todos estamos consiguiendo que Ceuta sea cada vez una ciudad más segura”, batallando contra los que se mueven al otro lado de la legalidad.
Así que, la exposición de los logros de la UCRIF terminó constituyendo la válvula de escape necesaria para que la Policía tomara aire, respirara y tuviera el motivo necesario para comparecer ante los medios de comunicación con la mejor de las tarjetas de presentación.
Claro está. No era el momento ni el lugar para las otras noticias de interés que también han surgido en estos días y sobre las que no ha habido ni comparecencia, ni explicaciones, ni reacciones más allá de las puramente sindicales, a saber: los disparos en las naves del Tarajal con tres heridos, uno de ellos bastante grave, y el anuncio de dimisión de todos los componentes de la unidad UDYCO-Delincuencia Organizada. Asuntos sobre los que aún no se ha posicionado la Delegación del Gobierno a pesar de que, para esto también, está en funciones mucho más evidentes.