La noticia, por supuesto, es muy buena para el conjunto de la sociedad ceutí, pero sobre todo para esos 115 ceutíes que se ven en la obligación de desplazarse hasta el otro lado del Estrecho para recibir las sesiones de radioterapia y también para sus familias.
Son muchas las desventajas de los viajes y más el regreso después de haber sido sometidos a estas terapias. La Ciudad y la Delegación del Gobierno se reunieron en la jornada de ayer con directivos de la empresa Radón, que pertenece al grupo Oncosur y que es la que tiene concertada con el Ingesa el tratamiento de estas personas en la ciudad hermana al otro lado del Estrecho.
Tiempo habrá para analizar las razones que han llevado a conseguir en estos momentos, que una empresa privada encuentre posible la construcción de una clínica que cuente con los facultativos especialistas y tenga los mayores adelantos tecnológicos que existen en el mercado.
La presión popular ha sido básica para que las administraciones entiendan que la fuerza de la ciudadanía, al final, en muchas ocasiones, obliga a los políticos a preocuparse por los asuntos que, de verdad, son de ínterés general. Todos podemos coincidir que Ceuta no tiene, a buen seguro, la ratio ni de habitantes ni de enfermos suficiente para contar con una clínica de estas características, pero es cierto que estamos aislados al otro lado del Estrecho y que se necesita un viaje de más de una hora de barco para la ida y lo mismo para la vuelta.
Hoy no es un día para realizar ningún tipo de reproche, sino para felicitar a todos los que han intervenido en estas negociaciones y que esta buena nueva se pueda concretar lo más pronto posible.