Ahora que ha comenzado el año, las autoridades ceutíes deberían redoblar los esfuerzos para encontrar alguna fórmula que permita, de verdad y para los restos, la diversificación del transporte entre Ceuta y la Península.
No es que el transporte de helicópteros sea una fórmula que permita la competencia con el transporte marítimo, pero, lo cierto, es que en pleno siglo XXI, una posibilidad que se había asentado y que ya formaba parte de nuestra vida, como era la conexión con Málaga y Algeciras, de pronto, se esfumó y nadie hizo verdaderos esfuerzos por mantenerla. Luego, nos vinieron los listos de turnos y tuvieron que irse. Es verdad, que una administración pública no está obligada a la búsqueda de operadores interesados en explotar la línea de helicópteros, pero en una condiciones como las de Ceuta, tan especiales en tantas y tantas facetas, parece que ciertamente es una obligación. Escudarse en que Inaer no quiere ser la comercializadora no puede ser el pan nuestro de cada día. La necesidad obliga muchas veces el ingenio y hoy por hoy, aunque a muchos le pueda parecer lo contrario, esa conexión aérea es una necesidad para Ceuta y los ceutíes. No podemos seguir escuchando las lamentaciones, cada vez que se le pregunta a quienes tienen en sus manos esta posibilidad. Que aprienten las seseras y que encuentren alternativas o que consulten con especialistas.