Otra jornada más de tensión en la frontera del Tarajal y un nuevo aviso para quienes tienen entre sus responsabilidades encontrar una solución a la situación que se viene viviendo día tras día en los polígonos desde hace semanas.
Ayer fue necesario trasladar a cuatro porteadoras la Hospital Universitario tras una avalancha en las que otras mujeres también resultaron heridas, pero éstas últimas decidieron abandonar el lugar por sus propios medios. En el lado marroquí, al parecer, una mujer embarazada perdió el feto y permanece ingresada en el hospital de Rincón.
Se da la circunstancia de que estos últimos hechos, más graves que los anteriores, se produce un día después del viaje de Ignacio Cosidó, director general de la Policía, a nuestra ciudad. Este alto responsable del Ministerio del Interior insistió en su visita a Ceuta en el mensaje que repite con reiteración el propio ministro cada vez que tiene oportunidad: las relaciones con Marruecos son “extraordinarias”. Sin embargo, este entendimiento, que probablemente esté dando frutos en otras áreas, no se traduce en la búsqueda y adopción de soluciones conjuntas entre ambos países para poner fin a los hechos que día tras días tienen como escenario los polígonos y como protagonistas a los porteadores. La situación caótica a la que intentan poner orden con más o menos éxito unos agentes de la Policía Nacional que muchas veces se ven superados por el alto número de personas que se concentra en la zona, hace prever que acabará produciéndose un hecho lamentable. Será un suceso trágico, pero ningún responsable a uno y otro lado de la frontera podrá calificarlo como ‘inesperado’ o ‘imprevisible’ dado que lo que ocurre en esa zona a diario es conocido tanto por las autoridades españolas como por las del país vecino. Precisamente a Marruecos hay que exigirle explicaciones, que no dudará en ofrecerlas si es cierto que las relaciones con nuestros vecinos son “extraordinarias”. Ayer, de hecho, la avalancha se produjo después de que ordenara el cierre del Biutz a primera hora.