El juicio quedó visto para sentencia, pero de inmediato se ordenó la puesta en libertad de la mujer. Fiscalía pide 6 años de cárcel para el varón, que admitió los hechos.
El tribunal de la Sección VI de la Audiencia Provincial de Cádiz en Ceuta dejó ayer visto para sentencia el juicio seguido contra un matrimonio que fue detenido el pasado julio cuando cruzaba la frontera del Tarajal, ocultando a un subsahariano y 174 kilos de hachís en dobles fondos. Aunque no se dictó sentencia in voce, ya que el tribunal tiene que decidir las posibles alternativas a la condena en base al nuevo Código Penal, sí que quedó definida cuál será la pena dictada. La mujer, S.B.A., fue puesta inmediatamente en libertad por orden de los magistrados, ante la determinación de dictar en su favor sentencia absolutoria después de que la joven, que está en avanzado estado de gestación, negara ante la Sala haber tenido conocimiento del delito en el que se estaba incurriendo.
Por su parte, el marido, vecino de Castillejos y llamado M.Ch.B., se enfrenta a una condena de 6 años de prisión por su implicación en el delito contra la salud pública y un tráfico de inmigrantes. Esa es la petición que elevó ayer a definitiva el Ministerio Fiscal (dos por pasar al subsahariano oculto en un doble fondo y 4 años y un mes por colar 174 kilos de hachís) a la que se adhirió la propia Defensa del varón, después de que éste confesara haber llevado a cabo ambos delitos por propia voluntad. La Sala no dictó sentencia en el mismo momento a pesar de estar clara la condena, toda vez que tiene que debatir la petición cursada por la Defensa de sustituir la pena por expulsión, algo a lo que ya se opuso el Ministerio Fiscal, que recalcó que el delito de tráfico de inmigrantes prohíbe la expulsión.
Los hechos a los que hace referencia este asunto se produjeron el 23 de julio pasado a las doce de la noche, cuando la Guardia Civil registró el Peugeot 407 que ocupaba esta pareja, encontrando en un doble fondo del asiento trasero a un guineano además de 174 kilos de hachís repartidos en más huecos. La droga estaba valorada en 280.000 euros.
Ayer, el acusado confesó ante el tribunal que sí, que sabía que en el coche iba la droga y el inmigrante, aceptando llevar a cabo el pase “porque me contrataron para ello”. Viajaba con su mujer, vecina de Ceuta, sin que ella supiera de estos negocios. El hecho de cruzar de esta forma la frontera tenía por objetivo que las fuerzas de seguridad no sospecharan.
El hachís supera, por su cantidad, la notoria importancia de ahí la pena solicitada por la Fiscalía.
Un pase con doble delito
La intervención llevada a cabo por la Guardia Civil se saldó con algo que ni tan siquiera los agentes del Cuerpo tenían previsto: un inmigrante oculto en un doble fondo y, justo al lado, 174 kilos de hachís. El pase era, nunca mejor dicho, redondo, ya que al margen de los beneficios derivados del tráfico de estupefacientes se iba a obtener otros por la introducción de manera clandestina de un sin papeles. Se tuvo que llamar a los servicios sanitarios para que le atendieran, recogiéndose el grave riesgo para la salud que tuvo el subsahariano en la condena.