El convenio que ayer se renovó en Madrid y por el que el Estado aporta unos 4 millones de euros para financiar los costes de la desaladora es quizás uno de los más desconocidos para la ciudadanía, que se vería muy afectada en el que caso de que este convenio no existiera.
La primera consecuencia sería que la factura de Acemsa se elevaría exponencialmente porque el coste del agua desaladora es mucho más elevado. Prácticamente se duplicaría. Por este motivo, el convenio que ayer firmaron en Madrid el secretario de Estado de Administraciones Públicas, Antonio Beteta, y la consejera de Economía y Hacienda, Susana Román, no solo es bueno para las arcas municipales y la ciudadanía, sino que es también un claro exponente de la sensibilidad y el compromiso mostrado por el Gobierno presidido por Mariano Rajoy, encargado de recuperar en 2012 un convenio que había expirado el año anterior y que no había visos con el Ejecutivo de Rodríguez Zapatero de poder recuperarlo.
Afortunadamente, Ceuta tiene hoy unos recursos hídricos de los que carecía hace no muchos años. Uno de los propósitos del Gobierno local ha sido el conseguir que en Ceuta sus vecinos tuvieran 24 horas de agua, algo que se consiguió precisamente al poner en marcha una desaladora que al final se ha quedado pequeña y que dispone de una ampliación que está solo pendiente de flecos administrativos. Esos 23.000 metros cúbicos diarios de agua que hoy salen de esa planta eran impensables hace 15 años,cuando a Ceuta llegaba aún un barco con agua en sus bodegas desde la península porque aquí no había otra manera de disponer de agua en las viviendas. Aquello forma ya parte de la historia y es casi un recuerdo lejano para muchos. Hoy, en cambio ya no se discute como tener agua, sino cuanto cuesta y como hacer que sea más barata. Y en eso es en lo que se sigue trabajando.