La de ayer fue la primera Patrona de la Guardia Civil con Nicolás Fernández Cucurull como delegado del Gobierno.
Una Patrona en la que el mandatario de la plaza de los Reyes quiso significar la relevancia que, como institución, tiene el Instituto Armado en unos momentos en los que incluso parece estar en quiebra España como la “gran brillante obra colectiva” que es, “construida con esfuerzo y sacrificio a través de los siglos por las generaciones que nos precedieron”, destacó en su alocución, flanqueada por la consejera Rabea Mohamed, que acudió, en ausencia de Juan Vivas, como presidenta accidental de la Ciudad. “Es reconfortante saber que existen instituciones como la Guardia Civil, encargadas de preservar los valores que hicieron grande a nuestra Nación, y que siguen proyectando su presencia a lo ancho del mundo y a lo largo del tiempo, como garantía de que los avances materiales y morales conseguidos no se perderán ni diluirán en el futuro”, añadió.
La labor que desarrolla la Benemérita en el freno de la delincuencia fue destacada por Fernández, quien insistió en la constancia y enorme esfuerzo mostrados por una institución que, sabe, no puede bajar la guardia. “Es una lucha diaria en la que no podemos bajar la guardia: contra la delincuencia, el terrorismo, la corrupción, el tráfico de seres humanos, la violencia de género, las redes criminales de explotación de la inmigración, y otras figuras delictivas emergentes que nos exigen una respuesta integral, constante y especializada”, indicó Fernández Cucurull.
El delegado incluyó en esa lucha la necesidad de cooperación entre las fuerzas de seguridad para que el veto a esa criminalidad sea mayor, recalcando el buen trabajo conjunto que llevan a cabo tanto el Instituto Armado como el CNP. “Con vuestro trabajo, de manera coordinada con el resto de cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado, habéis contribuido a que la tasa de criminalidad en España sea actualmente de 44,0 infracciones penales por cada 1.000 habitantes, la más baja de los últimos 12 años, y muy inferior a la de finales de 2011, que era de 48, 4”, resaltó ante los presentes.
En esa lucha contra la criminalidad, no se podía dejar de lado el terrorismo yihadista. De hecho en los dos últimos años ambas fuerzas han cooperado en dos operativos desplegados en la ciudad que se han saldado con varios arrestos, entre ellos los de los once ceutíes que fueron condenados la semana pasada por la Audiencia Nacional.
Un trabajo, el de la lucha contra este terrorismo, que resulta “trascendental” para la seguridad del Estado, al igual que también se extiende a la inmigración o el narcotráfico, “como puedo comprobar personalmente a diario desde que hace unos meses asumí las obligaciones de delegado del Gobierno”, indicó.
Fernández Cucurull huyó de cifras y planteó su intervención en término de impresiones y sentimientos. Recordó cómo el Instituto Armado mantiene su presencia en todo el territorio nacional, siendo garantía de su unidad, “permitiendo, por su acreditada neutralidad institucional y su capacidad de sacrificio, actuar como elemento integrador de las distintas sensibilidades que enriquecen nuestra nación”. “Y aunque las estadísticas nos demuestran que año tras año se está produciendo una disminución en el número de los delitos cometidos siempre debemos mantener un cierto grado de insatisfacción, ya que aun cuando haya un solo ciudadano víctima de algún delito, éste nos tendrá a su lado...Yo creo firmemente que los españoles son muy conscientes de todo esto, de la eficacia, del desvelo y de la competencia de la Guardia Civil, y por eso los ciudadanos la tienen en tan alta consideración”, añadió ante los presentes, entre ellos familiares de guardias civiles o incluso quienes fueron miembros de este Cuerpo y, ahora jubilados, presenciaban desde el interior del patio de la Comandancia el acto. Lo hacían incluso sin ocultar el ‘olvido’ que, lamentan, sufren al no haber sido reconocidos siquiera con alguna condecoración.
El delegado recordó el apoyo que desde el Gobierno de la Nación se da a la Benemérita, “de la que nos sentimos orgullosos” y reconoció que quienes la integran “nos demuestran cada día que la confianza que hemos depositado en todos ellos no ha sido en vano, sino justamente merecida. Su constancia y empeño por ser mejores y hacer mejor su trabajo es la máxima que rige su conducta”.