La Asociación de Promotores celebró ayer una reunión para analizar las consecuencias del acuerdo del Gobierno local de no revocar la aprobación inicial del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) y seguir adelante con su tramitación.
El encuentro contó con una alta participación, prácticamente todos los que están incluidos en esta organización. Tal y como explicó en declaraciones a este medio el presidente de la Asociación de Promotores, José Luis Muñiz, el deseo del colectivo es que “este proceso llegue a un final feliz”, aunque admite que es “un reto importante en cuanto a plazos, tiempos y trabajar y hacer las cosas, sobre todo vista la lentitud con la que se mueven todos estos procesos en los años anteriores”.
El sentir común de todos los miembros de la Asociación es que “tenemos que ser tremendamente beligerantes con la Ciudad, con el equipo de Gobierno, exigiéndole sobre todo que desde el momento inicial, desde ya, se ponga las pilas, a trabajar, a fijar unos plazos y equipos de trabajos... Todo el proceso que hay que realizar para que esto llegue a feliz término”. De lo contrario, “sería un auténtico desastre que pasara un año, tuviéramos otro más con las licencias suspendidas y al final no llegáramos al objetivo, que es aprobar definitivamente el Plan”.
Los promotores quieren estar “muy encima”, participar en el proceso y ayudar a la Ciudad, pero también van a ser “tremendamente exigentes para que las cosas funcionen correctamente”.
En definitiva, los empresarios quieren que el proceso vaya “todo lo rápido que se pueda” y para esto “hay que fijar objetivos, plazos, equipos, responsables...”. Muñiz concluyó diciendo que si no se fijan estos objetivos a priori, “es muy difícil que las cosas funcionen por sí mismas”.