San Amaro se queja de nuevas pintadas, un daño que se une al “abandono” del ‘castillo’ levantado en el lugar donde desembarcaron los portugueses en 1415.
En la misma semana en que la Ciudad Autónoma canceló la financiación de la Fundación Crisol de Culturas –organización para el reconocimiento de la historia local– los vecinos de San Amaro denunciaron ayer las pintadas aparecidas en el ‘castillo’ de la barriada –que data del siglo XVII–, levantado en el lugar en el que Juan I de Portugal desembarcó en 1415, hecho histórico objeto de celebración para la Fundación y el Ejecutivo.
A través de esta edificación que aún hoy luce un escudo heráldico conmemorativo de la llegada de los portugueses, seis vecinos de San Amaro acceden a sus viviendas, en las inmediaciones de la playa. Los residentes explican que, desde hace año y medio, padecen el “abandono” por parte de las autoridades. La “acumulación de basura”; una “plaga de ratas” y la “ocupación” de este Bien de Interés Cultural (BIC) por “indocumentados” acelera el proceso de deterioro.
“No sabemos qué pasa dentro del ‘castillo’, solo que la ventana se abre por las noches, como si fuera una casa encantada, aunque en realidad lo que ocurre es que alguien se cuela dentro”, se quejó una de las vecinas. Por mucho que llaman a las puertas de la Ciudad Autónoma, “nadie nos hace caso”.
Hablan de la Consejería de Medio Ambiente, Servicios Comunitarios y Barriadas a la que han requerido por la “suciedad” en la zona y a la Consejería de Fomento, en cuyas previsiones de futuro entraba su rehabilitación coincidiendo con el VI Centenario de la “incorporación temprana de Ceuta a la edad moderna”, según Crisol de Culturas. “No pedimos que lo hagan, pero sí que adecenten la fortaleza”, exigieron.
El Fuerte de San Amaro, a pesar de su catalogación, parece cualquier cosa menos un monumento. Solo el escudo sobre las pintadas, rehabilitado por la Consejería de Cultura y Patrimonio en 1999 por las gestiones del entonces coordinador de Patrimonio y una restauradora, recuerda el pasado de la zona. “Ahora por San Amaro no entra nadie, solo chapapote”, ironizaron los vecinos.