La Chimenea instala una puerta en la calle del río “por seguridad”, sobre la cual la Guardia Civil ha hecho un informe.
La acumulación de porteadores volvió a repetirse ayer tras la pausa de la actividad comercial en los polígonos del Tarajal por el puente de la Constitución y la Inmaculada. Los momentos de mayor tensión volvieron a experimentarse en la cola de hombres, entre La Chimenea y Alborán, donde la Unidad de Intervención Policial del Cuerpo Nacional (UIP) tuvo que cargar contra la muchedumbre –sin pelotas de goma– poco después de las 11:00 por el peligro de avalancha.
Una actuación que se saldó sin heridos, aclararon fuentes oficiales, y acabó en una estampida generalizada que no les hizo desistir ya que, poco después, volvían a tomar posiciones frente a los policías.
La saturación de camalos en la calle del río o del muro, aledaña al puente del Biutz, obligó a los agentes a frenar el tránsito de personas que pretendían acceder sin bultos de mercancía hasta las consignas, donde iban a recoger los fardos. La espera se prolongó y la presión comenzó primero sobre quienes encabezaban la fila, los cuales se resistían a abandonar su turno a pesar de los empujones; y en segundo lugar contra las vallas, que acabaron por los suelos.
El Biutz cierra, desde hace unos días, antes de las 13:00 y la crispación aumentó entre los porteadores porque calcularon que ya era demasiado tarde para un pase. El nerviosismo se adueño de la muchedumbre y rompió el orden del trazado a ambas orillas de la calle conocida como el ‘corralito’. Los policías asignados a este filtro solicitaron refuerzos ante el estallido inminente de la avalancha y pronto llegaron tanto efectivos como un furgón que, sumado a los dos que ya estaban estacionados, crearon una barrera infranqueable.
Los agentes de la UIP se pertrecharon con los escudos antidisturbio ante la amenaza de que los porteadores, molestos, pudieran iniciar el lanzamiento de objetos, como ya ocurrió la semana pasada.
Por otra parte, quienes ayer circularon por la calle del muro pudieron comprobar la presencia de una valla-puerta móvil que bloquea esta parte de los polígonos entre las 21:00 o 22:00 y las 7:00 de la mañana. Mohamed Ahmed, presidente de La Chimenea, explicó que es una “medida de seguridad” que tomó la comunidad de propietarios de este polígono para impedir la entrada de “porteadores” de madrugada y de “motocarros con productos de fuera de los negocios establecidos en las naves”. No obstante, “es en beneficio de todos los empresarios”.
Ahmed señaló que adoptaron esta decisión porque, como le trasladaron los guardas nocturnos, “llaman al 112 y el 091 para alertar de que hay entre 300 y 500 porteadores en los polígonos pero no cogen el teléfono o dicen que vienen pero nunca aparecen”. El presidente indicó que serán estos guardas quienes cerrarán cuando salga el servicio de limpieza y abrirán al llegar la UIP.
La Guardia Civil se personó el viernes, a requerimiento de un particular, para que evaluara si existe autorización o licencia para la colocación de esta cancela. La Benemérita comunicó ayer que elaboró un informe que entregará a la autoridad competente que dictará si se ajusta a la normativa.
Oyen disparos en Alborán de noche
Los guardas nocturnos alertaron ayer de “cuatro disparos” que resonaron en Alborán sobre las 23:30 horas del lunes, “que también hemos escuchado otros días”. El sonido procedía del monte colindante con este polígono por donde, insistieron, “los porteadores se cuelan por la noche”. Los comerciantes recordaron que existen bandas que se infiltran entre los camalos y perpetran robos de dinero, teléfonos e incluso de documentación con armas blancas y de fuego.