Taller intergeneracional. Una treintena de jóvenes y mayores compartieron una tarde de convivencia organizada por la Casa de la Juventud, +Social y la Fundación Caja Madrid.
Jóvenes y mayores pueden integrarse. Así quedó ayer demostrado en la actividad Viajando con los sentidos, un aprendizaje bidireccional en el que, quienes empiezan su andadura vital, contagiaron su ímpetu a unos abuelos que, a su vez, les transmitieron unos valores que tienden a olvidarse en la actualidad.
La Viceconsejería de Juventud y Festejos, por medio de la Casa de la Juventud y en colaboración con la Fundación Obra Social Caja Madrid y el colectivo +Social, organizaron esta jornada de convivencia intergeneracional desarrollada en la sede de la Fundación.
“Nos permite demostrar que tienen puntos en común, además de eliminar estereotipos y barreras entre personas de distintas generaciones”, destacó Cristina González, presidenta de +Social. A su juicio, “hablamos de envejecimiento activo pero, a la hora de la verdad, estamos en espacios diferenciados”. Con esta iniciativa, las entidades implicadas quisieron tender puentes entre ambos colectivos.
Una treintena de participantes, sin contar al personal de la organización, tuvo la oportunidad de redescubrir la importancia del aspecto sensorial en los seres humanos gracias al taller que persigue favorecer actitudes positivas hacia las vivencias corporales y promover, así, el propio bienestar y la comunicación con otras personas.
Divididos en tres grupos hasta unirse en la actividad final, personas de distintas edades superaron retos en los que pusieron a prueba sus sentidos. A modo de ejemplo, distinguieron fragancias; saborearon varios chocolates antes de determinar cuáles eran sus ingredientes; o agudizaron el oído para diferenciar sonidos. Al final de la tarde, usaron pinturas fluorescentes y acabaron disfrutando de una merienda como si de abuelos y nietos se tratara.