La Chimenea exige la anulación de los pases y reclama que la Policía Nacional haga efectiva la libre circulación por los polígonos.
Los comerciantes de las naves del Tarajal han denunciado hasta la saciedad que los controles de la Policía Nacional en el interior de los polígonos cercenan el derecho a la libre circulación de clientes, trabajadores y los propios empresarios, quienes se enfrentan a la negativa de los agentes a avanzar hasta sus negocios.
Como remedio, la comunidad acordó con la empresa contratada que suministra a los auxiliares de seguridad –sustitutos de los plantos que colocan las vallas, ordenan a los porteadores o ejercen de intérpretes– expedir unas tarjetas de identificación a estos tres colectivos que permitan acceder a los establecimientos previa revisión de los pases
Mohamed Ahmed, presidente del polígono de La Chimenea, insistió recientemente en la anulación de estas tarjetas para pasar porque el “principio de libertad de movimiento en el interior del recinto tiene que estar garantizado”, derecho que, lamentó, continúa incumpliéndose “como ocurre con las 14 naves del muro del puente del Biutz y, por extensión, al resto del sector que represento”.
La picaresca, que adquiere múltiples formas en el Tarajal, se ha adueñado también de esta forma de control mediante pases con el sello de la empresa de seguridad en una de sus caras y, en el reverso, tanto la firma como la marca impresa del comerciante que contrata o proveé mercancías.
A un “particular descontrolado” atribuyó Ahmed esta falsificación aunque advirtió que la Policía Nacional ya se incauta de aquellas tarjetas que considera irregulares. “Alguien hace negocio vendiendo esos pases por 10 o 20 euros a porteadores para que puedan moverse sin problemas por el interior de los polígonos”, desveló el presidente de La Chimenea después de que algunos porteadores lo pusieran en conocimiento de este periódico por la “competencia desleal” que ejercen.
Ahmed avanzó que, a partir del lunes, La Chimenea va a precindir de los servicios de la empresa de seguridad porque no puede mantener a los auxiliares puesto que los “límites” a la libertad de la circulación por parte de la UIP impide que realicen ventas y, por tanto, obtener ingresos. “Estamos dispuestos a manifestarnos”, aseguró antes de recordar que la contratación de esa empresa era provisional, “solo hasta que abran el nuevo paso de mercancías Tarajal II”.