El enfrentamiento habido entre un agente de la Policía del Puerto y otro de la Guardia Civil el pasado viernes en el interior de la torre de control y que derivó en la detención del primero acusado de atentado, terminó ayer con una sentencia absolutoria para ambos después de que se perdonaran mutuamente.
Así que ni para uno ni para otro, paz en el ambiente, borrón y cuenta nueva. Eso sí, de trasfondo queda el malestar existente entre ambos Cuerpos por la situación ocasionada que no ha gustado ni a los compañeros ni a los mandos.
Tal y como ha informado en anterior edición este medio, el policía portuario fue acusado de atentado después de mantener una discusión en la torre de control con un miembro del Instituto Armado que tiene encomendado el control y revisión de las cámaras. De hecho se le comunicó su detención en el propio cuartel de la Guardia Civil en donde, a posteriori, quedaría en libertad. Dicha discusión habría comenzado por el cambio del bombín de una de las taquillas portuarias, tal y como apuntó el propio policía portuario, lo que derivó en un enfrentamiento mayor, con la emisión de palabras que fueron tomadas como amenazantes y que dieron pie a la denuncia por atentado. Al final todo ha quedado como si nada hubiera sucedido y ambos protagonistas de los hechos optaron por el perdón para evitar que un caso así llegue a más, cortándose cualquier otro recorrido.