El Deutschland permaneció apenas 13 horas atracado en la cara de levante del Muelle España, pero sus más de 500 pasajeros pusieron la nota de color en el centro de la ciudad durante la calurosa jornada de ayer.
El crucero de la naviera germana Peter Deilmann Cruises había tocado puerto antes de que amaneciera, en torno a las 5:00 de la madrugada. En su interior, unos 800 pasajeros –los turistas más 300 tripulantes– dispuestos a hacer buena la teoría de la Ciudad y de la Autoridad Portuaria de que los buques de gran calado son un apetitoso caladero económico en el que merece la pena intentar lanzar las redes.
A primera hora de la mañana se dejaban ver los primeros alemanes por el centro. A las 11:00, un grupo escuchaba en la Plaza de África las explicaciones que el personal de la propia naviera ofrecía, en su idioma, sobre el significado del Monolito. Otros tantos se internaban en la Catedral o en la Iglesia de África. En la mano, la información que les había suministrado Servicios Turísticos, que volvió a instalar una carpa junto a la pasarela de desembarque del crucero y puso a disposición de los recién llegados autobuses para facilitar el traslado hasta los principales puntos de interés. Los más atrevidos se dirigían hacia la Ribera, aunque sin sobrepasar la balaustrada.
A partir de ahí, Revellín arriba, los turistas alemanes también se dejaron ver. Aprovecharon para fotografiarse cada pocos metros, satisfaciendo así el objetivo de la promoción turística de la ciudad. La meta de hacer caja fue más discutible. El propietario de una cafetería en pleno centro reconocía a media tarde que “algo se han dejado”, pero puntualizaba que la recaudación “tampoco es para tirar cohetes”. Unos metros más allá, la dependienta de un establecimiento celebraba que los visitantes “animan la calle, pero lo que es comprar, compran poco”. Y el diagnóstico lo ratificaba un compañero de gremio: “Suelen tomarse un café o comprar una botella de agua, pero otro tipo de gastos no hacen porque lo tienen todo a bordo”. Y un apunte en el que hace tiempo también coincidía la propia Confederación de Empresarios de Ceuta: “Los militares rusos son mucho más rentables, gastan más porque están mucho tiempo sin tocar puerto”.
Cubiertas o no las expectativas, el Deutschland soltaba amarras poco después de las 18:00 y se despedía de Ceuta rumbo al puerto fluvial de Sevilla.