La imprudencia y la lluvia hicieron que el vehículo se saliera del estrecho carril al caer cuesta abajo.
Las intensas precipitaciones registradas ayer volvieron algunas vías de la ciudad especialmente resbaladizas. Esta humedad, sumada a la imprudencia y a la acentuada pendiente, dejaron ayer a una furgoneta Mercedes –matrícula marroquí– al borde de caer por el barranco de Finca Guillén, sin que hubiera daños personales que lamentar.
El Servicio de Extinción de Incendios y Salvamento de Ceuta (SEIS) evitó ayer que el accidente se consumara en un intervención que les llevó casi una hora y media –de 10.00 a 11.30 aproximadamente– dadas las complicadas características del carril que el conductor pretendía superar y por el agua que corría constante cuesta abajo. Un zeta de la Policía Local también se personó en la zona.
“Suerte”, acertó a decir el conductor que, en su marcha atrás sin control, encajó sin querer una rueda trasera fuera de la estrecha calzada, clavándola en la tierra y ejerciendo de freno hasta la llegada del equipo de Bomberos. Pese a que el vehículo se encontraba inmóvil, el peligro de precipitarse continuaba y, afortunadamente, los pasajeros pudieron bajarse de la furgoneta por su pie.
Hasta la calle Pozo, entre Valiño y San Daniel, se desplazó un equipo de salida compuesto por cinco efectivos a bordo de dos vehículos especiales para este tipo de intervenciones. Uno de ellos, un furgón con herramientas varias que permiten la recuperación de coches y otros objetos pesados en estas circunstancias.
Los bomberos utilizaron un tráctel, un aparato portátil de tracción y elevación con un cable pasante, para desatascar la Mercedes. Una herramienta de arrastre que combinaron con puntales para fijar los cables de acero y calzas con los que facilitar la incorporación del vehículo a la vía de la que se salió cuando subía.
“Le tenemos dicho que, cuando hace este tiempo, no puede subir por la cuesta porque supone un riesgo”, comentó uno de los vecinos. “Ya no es solo por ellos –en referencia a las personas que iban dentro del coche– sino por los vecinos que pasan. Imagina que hubiese atropellado a cualquier persona”, se quejaron. Al peso del vehículo se unía el de los productos que cargaba, lo cual hacía imposible que pudiera superar la pendiente. Una vez devolvieron los bomberos el vehículo a la carretera, el SEIS les prohibió volver a intentar el ascenso cuando se marcharan.