Con una moción presentada por los socialistas para que el Pleno se pronunciara exigiendo al Gobierno que retirara el anteproyecto de reforma de la actual ley del aborto estaba más que cantado el enfrentamiento entre populares y socialistas. En este caso entre el consejero de Sanidad y Consumo, Abdelhakim Abdeselam, y el portavoz del grupo parlamentario del PSOE, José Antonio Carracao. Las tesis defendidas por cada una de ellos fueron, por supuesto, un calco de los debates que estamos escuchando a nivel nacional entre partidarios y detractores de la denominada Ley Gallardón. Para los populares, lo que se pretende con esta reforma es proteger a los más débiles y además defendía el mismo integrante del Gobierno de Vivas que la ley del año mil novecientos ochenta y cinco era menos mala que la actual. Dio distintas razones para argumentar que la denominada Ley Aído había sido realizada con muchas prisas y sin el consenso necesario. Repitió que en esa legislación se le daba la potestad a las niñas de dieciséis años a poder abortar si no contaban con el beneplácito de los progenitores.
Mientras, José Antonio Carracao certificaba que el principal objetivo que tenían los populares era “poder someter a la mujer”. Negó en repetidas ocasiones que la Ley que, ahora mismo, está en vigor y que comenzó a funcionar hace cuatro años se hiciera deprisa y corriendo “porque con anterioridad en el Ministerio de Igualdad se reunió un comité de más de treinta expertos y además hicieron suyos varios informes de organismos internacionales”.
Además, dijo el socialista que según las últimas encuestas del Centro de Investigaciones Sociológicas, el ochenta por ciento de la población española estaba en contra de la reforma de la ley del aborto, entre ellos muchos votantes del mismo Partido Popular.